Los Archivos Secretos Vaticanos son el registro documental central del Vaticano. Cuentan con 85 kilómetros de estanterías subterráneas que contienen una colección de escritos con más de 12 siglos de historia.
En sus repisas, se pueden encontrar desde actos difundidos por la Santa Sede y papeles de Estado hasta correspondencia, libros de cuentas y una multitud de otros documentos acumulados por la Iglesia a lo largo de los siglos.
Originalmente se los denominó “Archivos Secretos Vaticanos”. Sin embargo, en octubre de 2019 el Papa Francisco cambió el título centenario de archivos por el de Archivos Apostólicos Vaticanos. Esta modificación buscaba aclarar los malentendidos que surgían del uso del término “Segreto“.
Entre sus millones de documentos hay registros históricos de gran relevancia, como los relacionados con el juicio a Galileo y el papel de Europa en la Segunda Guerra Mundial.
Los Archivos Apostólicos Vaticanos resguardan un patrimonio documental en el corazón de la Ciudad del Vaticano. Su ubicación principal se encuentra en el Palacio Apostólico, pero lo más fascinante es cómo y dónde se almacena.
Dentro de este complejo, se encuentra el “búnker“, un cubo de hormigón diseñado para proteger estos tesoros. No se trata de un simple almacén, es una bóveda subterránea de dos plantas estratégicamente situada bajo el Patio de la Pigna, también conocido como Patio de Belvedere, en la entrada a los Museos Vaticanos.
En el búnker subterráneo se conservan más de 600 fondos de archivo que abarcan desde el siglo VIII hasta el XX. Entre ellos se encuentran libros de familias nobles romanas, registros papales, actas de tribunales eclesiásticos y correspondencia diplomática, incluyendo documentación de papados históricos, concilios ecuménicos, cónclaves y las nunciaturas o embajadas de la Santa Sede en todo el mundo.
Aunque antes su nombre indicaba que eran “secretos”, estos archivos no resultan tan inaccesibles como sugiere ese término. De hecho, están abiertos a investigadores.
Según el sitio web oficial del Archivo Apostólico Vaticano, la investigación en el archivo es gratuita y está disponible para académicos calificados que realicen estudios científicos. Para acceder, los investigadores deben contar con un título universitario de cinco años o un diploma equivalente.
En el caso de los clérigos, se requiere una licenciatura o un doctorado. Actualmente, se permite consultar documentos hasta el final del papado de Pío XII, en octubre de 1958.