Entre las técnicas más comunes están la radiografía, la ecografía, la resonancia magnética (RM) y la tomografía axial computarizada (TAC), cada una con un propósito específico.

La radiografía es útil para detectar fracturas y problemas pulmonares, la ecografía para examinar órganos blandos y monitorear embarazos, y la RM para estudiar tejidos blandos y el cerebro. Todas permiten a los médicos obtener información crucial para un diagnóstico temprano.

La TAC es una de las pruebas diagnósticas más avanzadas ya que proporciona imágenes detalladas de distintas áreas del cuerpo y ayuda a detectar diversos problemas y enfermedades de forma temprana para poder guiar tratamientos eficaces. Pero, ¿Qué órganos se ven en una TAC?

Así como la radiografía convencional produce una sola imagen plana, la Tomografía Axial Computarizada aporta una secuencia de imágenes transversales que pueden verse en un plano tridimensional. El sitio MedlinePlus indica que la TAC permite crear imágenes detalladas del cuerpo, que incluyen el cerebro, el tórax, la columna y el abdomen.

De esta forma, se pueden identificar alteraciones en tejidos y estructuras que podrían pasar desapercibidas en evaluaciones clínicas tradicionales, brindando así una ventaja en la prevención de patologías graves y mejorando la precisión diagnóstica.

Cuando no es necesario resaltar específicamente ciertos tejidos u órganos, se emplea la TAC sin contraste. En cuanto a la TAC con contraste, es una variante en la que se utiliza un medio de contraste (yodado o de sulfato de bario, según la parte del cuerpo que se quiere explorar) para tener una visualización más clara de determinadas estructuras.

El sitio de la Clínica Universidad de Navarra explica que el TAC de cuerpo entero ofrece “una visión detallada y precisa de diversas áreas del cuerpo, incluso antes de que los síntomas sean evidentes”. Y agrega que este procedimiento se utiliza principalmente para analizar tres grandes áreas del cuerpo: pulmones, corazón y abdomen-pelvis.

El TAC no solo es útil para detectar enfermedades de forma temprana, sino que también es clave para guiar decisiones terapéuticas y realizar seguimientos precisos en pacientes con condiciones previamente diagnosticadas.

Este avance en la medicina diagnóstica facilita la intervención médica a tiempo, contribuyendo a mejorar los resultados de salud y a optimizar los tratamientos. Al ofrecer imágenes detalladas de las estructuras internas, es fundamental en la medicina preventiva y en el manejo de enfermedades crónicas.



Fuente Clarin.com

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