La educación es clave en todos los aspectos de la vida, y el tránsito no es la excepción. Mientras en algunos países los malos hábitos al volante pueden pasar desapercibidos, en otros se castigan con multas severas. En el Reino Unido, la legislación de tránsito contempla sanciones específicas para quienes adoptan actitudes agresivas o irrespetuosas mientras conducen, con penalizaciones económicas que pueden alcanzar cifras sorprendentes.

Las calles y autopistas suelen convertirse en un espacio donde algunos conductores se sienten impunes, creyendo que pueden hacer lo que quieran sin consecuencias. Sin embargo, en este país europeo, ciertas conductas que podrían parecer comunes en otros lugares están prohibidas por ley.

Desde acciones como el uso abusivo de las luces hasta el simple hecho de salpicar a un peatón, cualquier acción que denote falta de consideración hacia los demás puede derivar en una multa considerable.

Según el artículo 110 del Código de Circulación del Reino Unido, cualquier acción considerada como “ser agresivo en la conducción” puede ser sancionada. Entre los ejemplos más claros de este comportamiento, se encuentra el uso excesivo de las luces intermitentes para intimidar a otros conductores, como cuando se insiste en llamar la atención lumínica para obligar a alguien a moverse en la ruta. En estos casos, la Policía está habilitada para detener al conductor y aplicar la multa correspondiente.

Pero esto no es lo único. Según el artículo 116 de ese mismo código, “las luces de advertencia deben utilizarse solo en autopistas o autovías sin restricciones”, por lo que emplearlas fuera de esos ámbitos también puede generar una multa. Con estas normativas, el Reino Unido busca evitar conductas que puedan poner en riesgo la seguridad vial o generar molestias innecesarias a otros conductores.

El Reino Unido es conocido por su clima lluvioso, con una cantidad de horas de sol mucho menor en comparación con otros países europeos. Esto significa que las calles mojadas y los charcos son parte de la vida cotidiana. En muchos lugares del mundo, mojar a un peatón al pasar con el auto puede ser visto como una simple casualidad o hasta una travesura. Sin embargo, en el Reino Unido, esta acción está tipificada como una falta grave.

Según la Ley de Tránsito Vial del país, “si un automovilista salpica a un peatón mientras conduce a través de un charco puede enfrentar una multa de hasta 5000 libras por conducir sin una consideración razonable por los demás”. Esto equivale a una penalización económica que puede alcanzar los 6.000.000 de pesos argentinos. Una cifra que sin dudas hará pensar dos veces a cualquiera antes de atravesar un charco sin precaución.



Fuente Clarin.com

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