Si alguien te propone invertir en un proyecto y te cuesta distinguir si es una criptomoneda, un memecoin o una estafa ponzi, mejor seguir de largo. No es que ningún ahorrista haya ganado con una apuesta a los memecoins, pero son muchos más los que vieron desvanecerse sus dólares en segundos, como en el último escándalo con LIBRA, que terminó promocionando el presidente argentino Javier Milei.
¿Qué es un memecoin y qué lo diferencia de una criptomoneda, como bitcoin o ethereum?. Aquí una breve guía para no perderse y evitar engaños:
Las memecoins son criptomonedas que están inspiradas en memes, personajes, animales o tendencias de Internet, con nombres divertidos. Generalmente, se hacen conocidas porque son baratas, las impulsan personas de alto perfil (como Elon Musk con Dogecoin, la primera memecoin, lanzada en 2013 con la imagen de un perro Shiba) y tienen un marketing activo en las redes sociales.
Se caracterizan por su naturaleza volátil, es decir, no tienen una cotización muy estable, por lo que en minutos se puede perder, pero también ganar, mucho dinero. Por eso, pese a su alto riesgo, las memecoins ganaron visibilidad.
Las memecoin tienen una naturaleza 100% especulativa y de mercado. Se mueven por la oferta y la demanda. No está respaldado por ningún activo físico ni atada a ninguna regulación. No hay mucha información sobre ellas y tienen una corta vida (lo que tarda en perder interés por parte de la gente, una vez que su publicidad se diluye en las redes). Se suelen usar para estafas porque son muy fáciles de lanzar.
La mayoría de los memecoins son solo instrumentos que cotizan a diferencia de las criptomonedas como Ethereum y otras que están atadas a ciertas características específicas y complejas de blockchain. Por eso también cuestan poco, lo que hace que tengan miles o millones de tokens, a diferencia de Ethereum o Bitcoin que se mueven de a fracciones.
Un rugpull es cuando los desarrolladores de una memecoin lanzan un token y una campaña para atraer inversionistas. Rápidamente se suman inversores y el valor de la moneda aumenta. Pero, minutos después, los creadores abandonan el proyecto, se llevan el dinero y el precio se derrumba. “Rugpull” significa literalmente “tirón de alfombra”. Cuando los estafadores retiran los fondos y vacían al token de liquidez, el precio cae a cero y los inversores pierden la capacidad de intercambiar los tokens por otros más estables o por dinero para salir de la estafa. Entre las memecoins, solo Dogecoin logró mantener el interés del público y una comunidad activa.