El enfoque en hábitos saludables ha reemplazado las dietas restrictivas, y la dieta mediterránea sigue destacándose como una de las más recomendadas para el bienestar general.
“El respaldo científico demuestra que es una de las más beneficiosas para la salud cardiovascular y el organismo en general”, explica el Dr. Fernando Felice, cirujano plástico y docente de la Universidad de Buenos Aires.
¿Qué la hace tan efectiva? ¿Cuáles son sus principales beneficios? ¿Cómo incorporarla a la rutina diaria? Aquí, todo lo que necesitas saber sobre este estilo de alimentación.
Dieta mediterránea: la mejor opción para la salud cardiovascular
Por su parte, la Clínica Mayo afirma que lo que las personas comen tiene un efecto perdurable en el organismo y que muchas patologías del corazón están relacionadas con la alimentación.
“Observaciones de un estudio de la década de 1960 descubrieron que la enfermedad cardiovascular estaba vinculada con menos muertes en algunos países mediterráneos, como Grecia e Italia, que en los Estados Unidos y el norte de Europa”, comentan en el portal de este centro de salud estadounidense.
El Dr. Felice explica qué tipo de alimentos hay que consumir y por qué son buenos para el sistema cardiovascular. “Por empezar, se recomiendan los buenos aceites de oliva extra virgen por ser una fuente de ácidos grasos monoinsaturados y antioxidantes que reducen el colesterol LDL y aumentan el HDL, que es el que consideramos bueno”, dice.

Por su Omega – 3 y por ser antiinflamatorios, también son parte de esta dieta los pescados grasos como el salmón, el atún y la sardina: “reducen la inflamación del organismo y previenen las enfermedades del corazón”.
“En el mismo sentido, hay que reducir todo tipo de grasas saturadas y de ultraprocesados. Esto es, comer menos carne roja y eliminar si es posible los productos industrializados, los paquetes de supermercado, para lograr disminuir el riesgo de arteriosclerosis e hipertensión”, agrega el especialista.
La dieta mediterránea también consta de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. Estos alimentos tienen múltiples beneficios para el organismo, entre ellos, su alto contenido en fibra evita picos de glucosa, mejora la sensibilidad de la insulina y favorece el control del azúcar en sangre. “Todo esto es muy bueno para reducir el riesgo de diabetes tipo 2”, explica el Dr. Fernando Felice.

Las frutas, verduras y los frutos secos, así como el vino tinto tomado con moderación, también protegen a las células del daño oxidativo y colaboran en reducir el estrés oxidativo del cerebro y en lograr una vejez más saludable y mejor cognitivamente.
“Por último, este tipo de plan de alimentación, nos permite tener un peso saludable, algo que no tiene nada que ver con una cuestión estética, sino con un perfil de longevidad con mejor calidad de vida”, finaliza el médico y profesor de la UBA.
La Clínica Mayo le suma a las recomendaciones tener una vida social activa, compartiendo tiempo con la familia y los amigos, hacer ejercicio físico en forma regular y descansar al menos 7 horas por noche.