Cambiar de trabajo o de universidad. Mudarse de una ciudad a otra. Cruzar las fronteras para instalarse en otro país. Todas situaciones que, lógicamente, producen estrés, nerviosismo y ansiedad.

De manera inconsciente, solemos poner en práctica mecanismos de defensa que nos protegen de emociones, pensamientos o situaciones que podrían ser demasiado dolorosos o amenazantes.

Algunas estrategias ineficaces son la evitación o negación, recurrir al alcohol o a las drogas ilegales o rumiar, es decir, dar vueltas y vueltas a las preocupaciones sin encontrar una salida.

La propuesta, aquí, es otra: planificar estrategias y mecanismos que permitirán manejar el estrés con inteligencia emocional.

Qué es el coping, la técnica clave para manejar el estrés con inteligencia emocional

La licenciada Mónica Margiotta explica en el sitio de Unobravo, empresa de psicología online basada en Barcelona, España, que “el concepto de coping se utiliza en psicología para describir las estrategias y mecanismos que las personas utilizan para afrontar y gestionar factores estresantes, retos y problemas de la vida cotidiana”.

La palabra proviene del inglés y puede traducirse como “afrontar”, o “hacer frente a algo”. Por eso, define a un conjunto de recursos que podemos poner en práctica para reaccionar y adaptarnos.

“El coping puede asumir diversas formas y variar de una persona a otra. Sin embargo, es importante tener presente que algunas estrategias de afrontamiento se pueden considerar positivas y funcionales, mientras otras pueden resultar menos eficaces o incluso perjudiciales”, aclara la psicóloga.

En la psicoterapia cognitivo-conductual, enfocada en pensamientos y comportamientos conscientes y en la manera en la que estos influyen en las emociones y acciones, el coping es el conjunto de habilidades que podemos aprender para gestionar el estrés.

A diferencia de los mecanismos de defensa “el coping desencadena un proceso consciente que se puede aprender y desarrollar a lo largo del tiempo con efectos duraderos en la evolución”.

“La teoría de Lazarus y Folkman es una de las más influyentes en el ámbito del estudio del estrés y el coping. Según esta teoría, el coping es un proceso dinámico que integra la evaluación cognitiva de una situación estresante y las estrategias que se utilizan para afrontarla”, explica la psicóloga.

Agrega que “Lazarus y Folkman sostenían que el estrés constituye una relación entre el individuo y el entorno, en el que el primero percibe que las exigencias del segundo superan a los recursos de los que dispone para hacerles frente”.

Según esa teoría, la eficacia del coping depende de la correspondencia que exista entre las estrategias de afrontamiento utilizadas y las evaluaciones cognitivas de la situación estresante. Margiotta afirma que “si las estrategias de afrontamiento son congruentes con las evaluaciones cognitivas, el individuo tendrá una mayor capacidad de hacer frente al estrés de manera eficaz”.

El coping centrado en las emociones es una de las estrategias de afrontamiento que se describen en la teoría de Lazarus y Folkman. La estrategia se basa en la gestión y regulación de las emociones asociadas a una situación estresante, así como en el afrontamiento directo del problema.

Este tipo de coping puede resultar útil en situaciones en las cuales el problema escapa a nuestro control o cuando es necesario afrontar y gestionar las emociones antes de enfrentar directamente al problema.

El coping emocional, entonces, implica compartir las emociones, concentrarse en actividades agradables o relajantes, buscar apoyo social, poner en práctica técnicas de relajación y transformar los pensamientos negativos o catastrofistas en más realistas y racionales.



Fuente Clarin.com

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