La empatía incluye distintos fenómenos como el compartir emociones, conocer el estado interno de otra persona, sentir angustia ante el sufrimiento ajeno, la imitación kinestésica o corporal y hasta la autoproyección.

La palabra nació hace más de un siglo y su significado original era “sentir el interior” de objetos de arte y de la naturaleza al proyectar nuestros propios sentimientos.

Después de la Segunda Guerra Mundial, en Estados Unidos, la empatía comenzó a ser percibida como una manera de sumergirse en la experiencia de alguien más como si fuera propia.

Claro que, si no somos capaces de sentir nuestras propias emociones, resultará difícil entender la de las demás personas. Una de cada diez personas padece una enfermedad que produce esto.

El sitio de salud Healthline, define a la alexitimia “como una afección relacionada con la capacidad de expresar los sentimientos, una persona que está fuera de alcance o apática”.

La palabra alexitimia proviene del griego y significa “sin emociones para las palabras”. En psicología, tal como explica un artículo del sitio Psychology Today, describe a quienes “luchan con el sentimiento y la expresión de emociones”.

“Si tienes alexitimia, no solo tienes problemas para saber cómo te sientes, sino que también tienes dificultades para saber cómo se sienten los demás. Esto puede causarte ansiedad social, ya que no puedes leer señales no verbales”, añade.

Por otra parte, “puedes parecer socialmente torpe o carente de humor. Incluso cuando otros empatizan con las cosas difíciles por las que estás pasando, no puedes aceptarlo y puedes parecer extrañamente estoico”.

En el fondo, una persona con alexitimia puede resultar muy sensible, pero debido a esta dificultad será vista como fría, distante y arrogante. El sitio Healthline describe algunos síntomas: ira, confusión, dificultad para “leer expresiones”, incomodidad, vacío, ritmo cardíaco acelerado, falta de afecto y pánico.

La alexitimia debe ser tratada por un psicólogo o psiquiatra que realizará un diagnóstico en base a un cuestionario. También es probable que un neurólogo ordene una imagen por resonancia magnética (MRI, en inglés), para visualizar la ínsula en el cerebro.

Como “no existe una sola prueba para la alexitimia, al igual que los trastornos neurológicos y enfermedades mentales en general, puede tomar tiempo para que recibas el diagnóstico correcto”, advierte Healthline.

El artículo de Psychology Today explica que la alexitimia primaria implica que la persona nació con una anormalidad genética que le impide sentir y expresar emociones. También puede estar relacionada con un daño en la ínsula anterior, parte del cerebro encargada de las emociones y de la empatía.

En tanto, la alexitimia secundaria es una reacción de estado a una enfermedad física u otro cambio importante o extraordinario en la vida. Por ejemplo, los trastornos causados por el uso de drogas ilegales, por estrés traumático, psicosomáticos, de ansiedad, depresivos u obsesivo-compulsivo entre otros.

La alexitimia puede convivir con el autismo y quienes la padecen tienen muchas más posibilidades de experimentar depresión, aunque la propia afección disminuye sus síntomas.



Fuente Clarin.com

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