Sentir dolor en el talón es algo bastante frecuente, en especial, luego de realizar un esfuerzo repetitivo sobre esa parte del pie. Por ejemplo, luego de correr una distancia considerable.
Es un dolor punzante, aparece durante la mañana y dura varios días. Los médicos recomiendan prestarle atención, no ignorarlo, ya que ello puede desarrollar afecciones que necesiten de tratamientos más intensos y de una recuperación más prolongada.
Este dolor ocurre debajo del talón o justo detrás, donde el tendón de Aquiles conecta con el hueso. En ocasiones, puede afectar la parte lateral del talón o sentirse dentro del propio hueso.
Varias enfermedades están asociadas con este síntoma, pero dos de ellas son las más comunes. Aquí, desarrollamos de cuáles se trata.
La tendinitis de Aquiles (aquílea o aquiliana) y la fascitis plantar son dos de las enfermedades más comunes que traen dolor a los talones del pie.
En general, la tendinitis de Aquiles comienza con un dolor leve en la parte posterior de la pierna o arriba del tobillo luego de correr una larga distancia, subir escaleras o saltar. También es posible sentir un dolor ligero o rigidez, en especial durante la mañana, que en general mejora con la actividad leve.
Esta dolencia, explica la Clínica Mayo, de Estados Unidos, “es causada por someter a tensión repetitiva o intensa al tendón de Aquiles, una banda de tejido que conecta los músculos de las pantorrillas con el hueso del talón. Un tendón que entra en acción al caminar, correr, saltar o pararse en puntas de pie”.
“La estructura del tendón de Aquiles se debilita con la edad, lo que puede hacerlo más propenso a lesionarse, en particular, en personas que practican deportes solo los fines de semana o que aumentan, de repente, la intensidad de sus programas de entrenamiento”, explica el centro de salud.
Por suerte, la mayoría de los casos de tendinitis aquílea puede tratarse con cuidados relativamente simples, en el hogar, bajo supervisión médica. Los casos más graves pueden provocar desgarros en el tendón (roturas) que pueden requerir una cirugía.
Otra dolencia asociada con el dolor de talón es la fascitis plantar que afecta a la fascia, una banda que conecta el hueso del talón con la planta de los pies para sostener el arco del pie y absorber el impacto al caminar.
La Clínica Mayo agrega que “aunque la fascitis plantar puede presentarse sin una causa obvia, algunos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar esta afección”.
Esta dolencia es más frecuente en personas de entre 40 y 60 años. También afecta a quienes realizan actividades que ejercen mucha presión sobre el talón, como ballet, danza aeróbica o carreras de larga distancia.
Los analgésicos, como el ibuprofeno y el naproxeno sódico, pueden aliviar el dolor y la inflamación. También, la fisioterapia o el uso de dispositivos especiales, como las férulas o las botas ortopédicas.
Algunas veces, una radiografía puede mostrar un trozo de hueso que sobresale del hueso del talón, el espolón óseo.
En el pasado, a menudo se creía que estos espolones eran la causa del dolor en el talón y se extirpaban quirúrgicamente. Sin embargo, muchas personas que tienen espolones en los talones no sienten dolor.