Un huso horario es una región del planeta que comparte la misma hora estándar. Estas franjas se determinan según la rotación de la Tierra y la posición respecto al meridiano de Greenwich, que se toma como referencia universal (UTC). Argentina se encuentra desfasada respecto del huso que le correspondería, lo cual afecta la vida y salud de las personas.

Actualmente, el huso horario del país es UTC -3, es decir, tres horas menos que el meridiano de Greenwich. Sin embargo, en el mapa de husos horarios, Argentina está ubicada en la zona UTC -4. En otras palabras, el reloj nacional se encuentra adelantado una hora.

A lo largo de las décadas, el país modificó su huso horario por distintos motivos, como la implementación del “horario de verano” para ahorrar energía, sobre todo en períodos de crisis energética durante el siglo XX. No obstante, especialistas afirman que el huso actual genera efectos negativos en la salud y el rendimiento.

El sistema de husos busca que el mediodía (cuando el Sol alcanza su punto más alto) coincida con las 12 del reloj. Pero en Argentina, especialmente en invierno, esto no ocurre: el amanecer se retrasa y, en muchas provincias, el Sol sale después de las 8 de la mañana.

En distintas ocasiones, se impulsaron proyectos para cambiar el huso una vez al año, como se hacía hasta 2009, pero los intentos fracasaron.

En 2022, un equipo del CONICET presentó un informe en la Legislatura de Mendoza para proponer la adopción del huso UTC -4. Sostienen que este cambio permitiría reducir el consumo de electricidad en las aulas, al aprovechar mejor la luz natural. Según el informe, el consumo bajaría de 104,3 kWh con UTC -3 a 59,7 kWh con UTC -4.

El cuerpo humano posee relojes internos, llamados relojes circadianos, que siguen un ritmo de 24 horas. Ese ritmo regula el funcionamiento de células, tejidos y órganos. Estos relojes se sincronizan con señales ambientales, como la luz y la oscuridad, que ayudan a definir los períodos de vigilia y sueño.

“Cuando nuestro horario local no está correctamente alineado con el solar, nuestro reloj interno tiene que seguir dos horas diferentes: la del sol y la de nuestra rutina diaria, como el trabajo o la escuela. Esto puede causar problemas de salud y rendimiento“, señaló Juliana Leone es científica y biotecnóloga del Conicet, especialista en cronobiología.

Adoptar el huso GMT-4 mejoraría la sincronización con la luz solar, lo cual favorecería la salud física y mental.

“Estar en el huso correspondiente a nuestra ubicación permite una mejor exposición a la luz adecuada, lo que beneficia el sueño, el estado de alerta y el bienestar general”, señaló Diego Golombek, doctor en Ciencias Biológicas, investigador del CONICET y especialista en cronobiología.



Fuente Clarin.com

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