Era otro domingo típico del fútbol argentino. En el estadio Monumental, el superclásico, entre River y Boca, había terminado sin goles. Poco después del minuto 90, en una tarde fría, los simpatizantes de Boca comenzaron a salir por la Puerta 12. Entonces, ocurrió la tragedia.
En solo 10 minutos, el 23 de junio de 1968, una estampida provocó la muerte de 71 personas, según las cifras oficiales. Durante años se dijo que el portón estaba cerrado y esto hizo que la gente quedara atrapada, siendo aplastada por quienes venían detrás.
Sin embargo, como el episodio nunca fue esclarecido, existen otras versiones, que incluyen el accionar de la Policía montada contra los hinchas y o el hecho de que la puerta estuviera semiabierta. También se afirma que los muertos fueron 100, incluso 200.
A varias décadas del episodio, persisten las dudas y los interrogantes sobre la tragedia de la Puerta 12.
Puerta 12, el mayor desastre en la historia del fútbol argentino

Según distintos testimonios, como Boca estaba atacando en los últimos minutos, sus hinchas esperaron hasta el pitazo final para irse. “Apenas terminó el partido, todo el mundo dijo “Vamos”. Nosotros nos habíamos ubicado cerca de una de las troneras de la tribuna Centenario, así que salimos relativamente pronto”, recordó Alberto Villegas a la revista El Gráfico.
Los hinchas salían por la Puerta 12 (ahora M), donde bajaban por una serie de escaleras y descansos hasta llegar a la salida. “Hasta el último descanso veníamos apretados, típica salida de la cancha. No había luz, solo una bombita en el último tramo. Yo tenía una sensación mala, quería irme rápido de ahí adentro, había una adrenalina extraña“, destaca Villegas.
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Otro sobreviviente, Miguel Durrieu, que entonces tenía 14 años, le dijo a Clarín: “En un principio era una avalancha normal, pero después se acrecentó. Iba por el aire, sin tocar el piso. La avalancha se detuvo. Cada vez estaba más apretado. Había gritos de pánico, de mucho miedo. Estábamos uno arriba de otro bajo una terrible presión que no dejaba respirar. Me caí y después me desmayé; me salvé de milagro”.
El exinspector municipal, Juan Carlos Tabanera, también entrevistado por Clarín, dijo: “Hubo agentes que actuaron sobre la gente que se desconcentraba por la escalera de la Puerta 12, mientras era obstruida por la Policía montada. Allí se produjo el desbande y la tragedia. La puerta estaba abierta y los molinetes, retirados. Yo estaba ahí y doy fe de ello”.

En tanto, el periodista Pablo Lisotto afirma en su libro Una tarde de junio (Al Arco, 2023) que la Puerta 12 no estaba cerrada y detalla que “del total de apertura (4 metros), solo estaban abiertos 3,08 metros. Los otros 92 centímetros estaban bloqueados por la propia puerta plegada”. Por otro lado, afirma que hubo más de 100 muertos.
Por el hecho, fueron detenidos por poco tiempo el intendente de River, Américo Di Vietro, el capataz y los encargados de retirar los molinetes y abrir las puertas. Como las pericias judiciales y la declaración de testigos dejaron en evidencia que las puertas estaban abiertas y los molinetes habían sido retirados, quedaron libres.
Lisotto asegura en su libro que eran “unos perejiles puestos a dedo. Nadie acusó a la Policía. De hecho, en los diarios de los días posteriores se lee un texto donde se destaca el impecable operativo policial. Los de River creyeron que la culpa era de Boca por salir muy rápido y a las corridas, y los de Boca creyeron que fue culpa de River por no abrir las puertas”.