Es una práctica habitual que todos los funcionarios del gobierno británico involucrados en las cuestiones relacionadas a lo que en el Reino Unido llaman Territorios de Ultramar se contacten y coordinen su gestión con los habitantes de las Islas Malvinas, una de sus antiguas colonias.
La mayoría de las veces suelen ser encuentros discretos porque, entre su poca o mucha importancia, son hechos que irritan a la Argentina. Vale recordar las últimas protestas que surgieron tras la visita del ex jefe del Foreign Office, David Cameron (el cargo en lo formal es secretario de Estado de Su Majestad para Asuntos Exteriores y asuntos de la Mancomunidad) a las Malvinas, en febrero de 2024.
“Tuvimos una conversación muy constructiva con David Cairns, el nuevo embajador del Reino Unido en Argentina. Tengo muchas ganas de trabajar con él en su nuevo cargo.”, escribió en X, con foto y todo, Richard Hyslop, el representante en Londres del Gobierno pro británico de las Islas Malvinas (FIG).
Really constructive discussion with David Cairns, the new UK Ambassador to Argentina. Looking forward to working with him in his new role. 🇬🇧🇫🇰@UKinArgentina pic.twitter.com/hhBcXuja9A
— FIG Representative to the UK and Europe (@FalklandsRepUK) May 13, 2025
La imagen fue rápidamente tomada como una provocación por varias fuentes expertas en conflictos como el que mantienen Argentina y el Reino Unido en torno la soberanía de las Malvinas. Y varios acordaron con este diario que el hecho es comparable con que un embajador argentino destinado a China se saque fotos con la oficina comercial de Taiwan, o viceversa. O que el embajador destinado a Armenia se saque fotos con la dirigencia turca o a la inversa.
Tal como ya está oficializado desde el Foreign Office, Cairns es el designado embajador del Reino Unido para la Argentina, en reemplazo de Kirsty Haynes, que se va del país a mediados de año. Todavía está en intensa actividad.
Hyslop está desde 2019 en el estratégico cargo de representante de la FIG en Londres, que hace lobby por las Islas en el Reino Unido, y a su vez recibe a los empresarios británicos, legisladores y militares británicos que hacen lobby en el sentido contrario. Reemplazó a la histórica Sukey Cameron, que se retiró tras 36 años con el FIG y 29 de representante en el Reino Unido, una suerte de embajada.
Voceros de la Embajada británica en Buenos Aires, afirmaron a Clarín que, como parte de su preparación diplomática, antes de llegar a su misión, se reúnen con el representante de las islas en Londres y con otros actores relacionados con el trabajo que van a hacer.
Por cierto, supo Clarín de otras fuentes, que Cairns también se reunió con el popular ex embajador británico en Argentina, Mark Kent, y con la embajadora argentina en Londres, Mariana Plaza, hecho que la Cancillería argentina, a diferencia de Hyslop, no informó oficialmente.
Otras fuentes dijeron que el embajador británico suele estar en contacto con las islas, no sólo por los temas humanitarios que hay pendientes, como el de los familiares de los caídos en la guerra de 1982 cuyos cuerpos están en el Cementerio de Darwin, sino también como transmisores de mensajes y políticas que se deben coordinar entre Buenos Aires y Londres, que da participación a las islas en cualquier negociación.
Es cierto también que muchas veces, los embajadores británicos en Buenos Aires son funcionarios centrales para transmitir a Londres y a las Islas cuestiones hasta culturales de lo que son los argentinos y de lo que son las Malvinas para la opinión pública a la hora de hablar de otros asuntos. Según pudo comprobar este diario en los varios viajes que hizo al archipiélago existe cierta imagen distorsionada de la Argentina, anclada en el desembarco militar del 2 de abril de 1982. La mayoría no quiere contacto alguno con el continente, contrariamente como evolucionan y cambian los conflictos.
En cambio para las fuentes argentinas consultadas, y que contestaron sin querer identificarse, resulta chocante ese gesto de exhibición siendo de Hyslop con Cairns, quien será embajador ante Buenos Aires y no ante las Islas.
Al mismo tiempo, es claro que entre la Argentina y el Reino Unido se relajaron las rispideces por las Malvinas, algo que el kirchnerismo tensó en el sentido contrario.
Pese a que hay trascendidos de que el ministro Gerardo Werthein es “malvinero” y que cuida el tema de manera personal, la Casa Rosada no toma en cuenta las opiniones de la Cancillería en esta cuestión.
Para el último 2 de abril no invitaron ni al equipo de la Secretaría del Area Malvinas al acto en el que habló Javier Milei en Plaza San Martín -y cuyo contenido no elaboraron los diplomáticos y generó fuerte polémica-. Por otra parte, según supo Clarín, el presidente hizo oídos sordos a los pedidos de reunión del gobernador de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Gustavo Melella, con el que mantiene otros conflictos abiertos.