Una fatalidad puede transformar a la ilusión en pesadilla. Esa es la sensación que rodea a las divisiones formadoras de San Lorenzo y al entorno del futbolista colombiano Oswaldo Balanta, de apenas 23 años. El chico surigido en el Boca Juniors de Cali se encontraba en Buenos Aires buscando la chance de su vida, probarse en un equipo del fútbol argentino. El final fue desolador: un pelotazo le provocó un paro cardíaco, a pesar de que no presentaba afecciones previas, y 48 horas después se encuentra internado en estado crítico y con pronóstico reservado.

La dramática secuencia se originó el miércoles por la tarde, cuando la Reserva de San Lorenzo realizaba una de sus habituales prácticas. A Balanta lo salvó un desfibriliador y la acción de los médicos del Ciclón, luego fue derivado de urgencia al Hospital Piñero, en el Bajo Flores, y al día siguiente terminó siendo trasladado al Sanatorio Finochietto, donde pelea por su vida. A pesar de que no tiene contrato, el club está pendiente de su recuperación y su madre viajó desde Colombia para acompañarlo.

A la espera de que Balanta logre salir adelante, la dura pregunta que conmueve al ambiente del fútbol tiene que ver con la acción que generó el episodio: ¿un pelotazo es capaz de matar? La respuesta es sí.

Norberto Debbag, cardiólogo y deportólogo (MN 51320) que se desempeña en el club Estudiantes de Buenos Aires, habló con Clarín y explicó cómo se desencadenó la situación que padece Balanta, de la que no está exento ningún futbolista.

“Un pelotazo en el tórax lo que produce es una alteración a nivel cardíaco por cambios de las presiones, y un estiramiento de las fibras musculares que te lleva a una fibrilación auriculoventricular”, detalló el especialista.

Y agregó: “Es una arritmia fatal, que se llama conmotio cordis, y la produce el impacto”.

De acuerdo a Debbag, la zona del golpe y el momento específico del ciclo cardíaco son fundamentales para analizar las causas de la falla en el corazón.

“Si el pelotazo se produce en el momento en que se está contrayendo, no pasa nada; pero si es después de la contracción, en el inicio de la recuperación, se produce esta arritmia fatal, con fibrilación ventricular y paro cardíaco”, describió el médico.

El cardiólogo explicó que, según estudios, la tasa de supervivencia es del 58% al 60% si la reanimación con desfibrilador se realiza antes de los tres minutos. Pasado ese tiempo, la probabilidad de supervivencia disminuye al 5%. “Fue una muerte súbita que se reanimó con éxito. En estos casos, de cada 10, se recuperan 6″, resumió.

El futbolista de 23 años se encuentra internado en estado crítico con respirador para lograr nivelar los valores normales, previos al momento del infarto. “En esos minutos no le llegó sangre al cerebro. Entonces, el cerebro sufrió la falta de oxígeno y se producen complicaciones como un edema cerebral“, describió el especialista. Y afirmó: “Una vez que lo mediquen en terapia intensiva y se desinflame el cerebro se debe esperar la evolución, evaluar el periodo de recuperación y establecer si quedarán o no secuelas; su juventud es un dato favorable”.

Según aseguran desde San Lorenzo, Balanta se había sometido a estudios médicos antes de hacerse la prueba con la Reserva, los cuales no mostraron ningún problema de salud. “Fue una causa externa, en este caso un pelotazo, pero pudo ser por una patada en el pecho o un golpe de calor, fatalidades que pueden dañar corazones sanos”, cerró Debbag.





Fuente Clarin.com

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