Los planes del presidente Donald Trump de enviar representantes a Groenlandia esta semana han enfurecido a los dirigentes políticos del territorio insular, que consideran la visita del grupo como una escalada agresiva de sus amenazas de apoderarse de la zona, de ser necesario, por la fuerza.

Trump no ha ocultado sus planes con respecto a Groenlandia:

ha repetido varias veces desde su regreso al Despacho Oval sus amenazas de obtener el territorio, ya sea mediante una transacción financiera o por la fuerza militar.

Hasta la fecha, la respuesta de los dirigentes de Groenlandia ha sido declarar que no está en venta, en un mensaje de oposición cortés, pero firme.

No obstante, la visita esta semana de JD Vance y su esposa Usha, la segunda dama, han suscitado una respuesta de mayor inquietud.

El primer ministro, Mute Bourup Egede, declaró para el diario local Sermitsiaq que su esperada llegada, poco más de dos semanas después de la celebración de elecciones parlamentarias en Groenlandia, es “muy agresiva” y que “el único propósito es demostrar poder sobre nosotros”.

También indicó que teme que la visita avive el fervor en Estados Unidos por la toma de Groenlandia, “y la presión aumentará tras la visita”.

La nieve cubre parte del tejado del Consulado de Estados Unidos en Nuuk, Groenlandia, 5 de febrero de 2025. REUTERS/Sarah Meyssonnier/Foto de archivoLa nieve cubre parte del tejado del Consulado de Estados Unidos en Nuuk, Groenlandia, 5 de febrero de 2025. REUTERS/Sarah Meyssonnier/Foto de archivo

Entonces, ¿por qué está Trump tan decidido a quedarse con Groenlandia?

He aquí una ventana a su pensamiento.

Groenlandia está en un territorio de gran importancia estratégica

La mayor parte de Groenlandia se encuentra dentro del círculo polar ártico, una región que las potencias mundiales se disputan debido a sus recursos naturales sin explotar y su proximidad a corredores marítimos emergentes que podrían acelerar el comercio mundial.

El deshielo del ártico ya ha transformado la región, que antes era prácticamente innavegable, en una zona de comercio competitivo.

En vista de que cada vez más barcos atraviesan el círculo polar ártico, los países con tierras en la región se han apresurado a reclamar la mayor parte posible del lecho marino.

Las rutas a través del ártico entre Asia y Europa, o Asia y Estados Unidos, son aproximadamente un 40 por ciento más cortas que por el canal de Suez o el de Panamá, según el Instituto Naval de Estados Unidos.

Por esta razón, definir quién controla los mares en esa área es vital tanto por motivos financieros como de seguridad, sobre todo porque da la casualidad de que quienes reclaman ese derecho también son superpotencias geopolíticas rivales.

Un niño lanza hielo al mar en Nuuk, Groenlandia, el martes 11 de marzo de 2025. (AP Photo/Evgeniy Maloletka)Un niño lanza hielo al mar en Nuuk, Groenlandia, el martes 11 de marzo de 2025. (AP Photo/Evgeniy Maloletka)

Solo cinco países pueden reclamar derechos por tener una plataforma continental extendida hasta el ártico:

Canadá, Rusia, Noruega, Dinamarca a través de Groenlandia y Estados Unidos a través de Alaska.

Tener el control de Groenlandia le daría a Estados Unidos mucho más derechos sobre el ártico.

Trump ha dicho que es vital para la seguridad nacional

“Necesitamos Groenlandia por motivos de seguridad nacional e incluso por motivos de seguridad internacional”, afirmó Trump en marzo durante un discurso ante el Congreso, en el que añadió que el territorio es “muy muy importante para la seguridad militar”.

Estados Unidos ha tenido presencia militar en Groenlandia desde la Segunda Guerra Mundial y mantiene allí una pequeña base de defensa antimisiles llamada Base Espacial de Pituffik (conocida como Base Aérea de Thule antes de que Trump le cambiara el nombre durante su primer gobierno).

Es posible que esa base pase a formar parte del sistema de defensa antimisiles “Cúpula Dorada”, inspirado en el sistema israelí Cúpula de Hierro, que Trump ha dicho que quiere construir para proteger a todo Estados Unidos de posibles amenazas de adversarios, especialmente China.

En una orden ejecutiva, Trump le dio al secretario de Defensa, Pete Hegseth, hasta el 28 de marzo para presentar los planos de ese escudo antimisiles.

Además, Trump quiere protegerse contra ciertas amenazas que dependen del mercado. Rusia y China ya están cooperando en algunas rutas marítimas del ártico y, dada la amplia presencia de Rusia en la región (tiene la mayor superficie de costa ártica), esa alianza bien podría seguir siendo la fuerza económica dominante en la zona.

Groenlandia podría ser una rica fuente de minerales de tierras raras y energía

Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, el ártico alberga el 13 por ciento de los recursos de gas no descubiertos y el 30 por ciento del gas natural no descubierto, la mayor parte en alta mar.

Controlar Groenlandia le daría a Estados Unidos más derechos sobre esos recursos del fondo marino.

No solo eso, sino que Groenlandia también cuenta con enormes reservas de minerales de tierras raras, vitales para la producción de baterías, teléfonos móviles, vehículos eléctricos y otras tecnologías, y el gobierno de Trump ha estado buscando en todo el mundo opciones para aumentar sus reservas de minerales de tierras raras.

Los minerales de tierras raras forman parte clave de un acuerdo que Estados Unidos intenta concretar con Ucrania.

La extracción de las reservas de cobalto, níquel, cobre, litio, circonio y otros minerales de Groenlandia ha resultado difícil, pero existe otro incentivo para que Estados Unidos intente controlar ese mercado: China.

En la actualidad, China domina el mercado mundial de minerales en bruto, y ya ha intentado hacer incursiones en Groenlandia.

Obtener el territorio le permitiría a Trump frenar los planes de China de explotar minerales allí y ampliar el dominio estadounidense.

El cambio climático podría convertir pronto a Groenlandia en una mercancía candente

Hasta ahora, una de las razones por las que ha sido difícil explotar los recursos de Groenlandia es que hace mucho frío.

Pero con el cambio climático, el deshielo está creando nuevas oportunidades de explotación de los recursos.

En los últimos 30 años, se han derretido unos 28.000 kilómetros cuadrados de capa de hielo, un área casi del tamaño de Maryland.

Dinamarca también reconoce que los recursos de Groenlandia podrían ser vitales en la transición mundial hacia formas de energía más ecológicas.

Para la población local, la posibilidad de un auge económico impulsado por la minería se considera útil en su campaña por la independencia, que desea la mayoría de la población.

Pero el desarrollo de la industria ha sido lento.

Groenlandia ha tomado medidas para limitar posibles prácticas mineras destructivas para el medio ambiente a través de leyes, como una promulgada en 2021 que prohíbe la extracción de uranio.

Sin embargo, esas leyes podrían anularse si Estados Unidos adquiere el territorio.

c.2025 The New York Times Company



Fuente Clarin.com

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