Durante una ola de calor, la intuición podría llevar a pensar que las bebidas frías son la mejor opción para refrescarse. Sin embargo, diversos estudios sugieren lo contrario: consumir bebidas calientes puede resultar más beneficioso para regular la temperatura corporal.
Según especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), esta práctica tiene una explicación científica vinculada a los mecanismos naturales de termorregulación del cuerpo humano.
Este fenómeno no es nuevo para algunas culturas donde, a pesar de temperaturas extremas, el consumo de tés y cafés calientes es habitual. Pero, ¿qué dice la ciencia sobre esta costumbre y cuáles son sus efectos reales sobre el organismo?
Cuando se ingiere una bebida caliente en un ambiente caluroso, la temperatura interna del cuerpo aumenta levemente. Este pequeño incremento activa los mecanismos naturales de enfriamiento, principalmente a través de la sudoración. La evaporación del sudor en la piel permite liberar calor, generando un efecto refrescante que reduce la temperatura corporal interna.
Según expertos de la Universidad Abierta de Cataluña, a diferencia de las bebidas frías que ofrecen un alivio inmediato pero temporal, las bebidas calientes promueven un enfriamiento más duradero. Esto se debe a que el cuerpo responde de manera más eficiente activando su propio sistema de refrigeración.
Factores que influyen en la eficacia de este método:
Si bien las bebidas calientes pueden ser de ayuda, no son la única estrategia para enfrentar una ola de calor o, básicamente, el verano entero. Los expertos sugieren adoptar varias medidas complementarias: