Algunas personas, cuando dan la mano, transmiten una pequeña descarga eléctrica que puede resultar molesta o, al menos, sorprendente. También ocurre con frecuencia que damos esa descarga al tocar ciertos objetos.

Esto es absolutamente normal y nada tiene que ver con poseer un don especial o sobrenatural. Simplemente, es el resultado de la interacción entre el cuerpo humano y su entorno.

Un fenómeno natural que puede explicarse desde la física y la biología. Y que también encuentra su razón de ser en algunas circunstancias que hacen que algunos sean más proclives a transmitir “corriente” que otros.

Aquí explicamos por qué ocurre esto y, también, damos algunos consejos para disminuirlo.

¿Por qué algunas personas transmiten ‘corriente’ a otras? La explicación científica

Debido a su composición, con sales y agua, el cuerpo humano es un buen transmisor de la electricidad. Pero, en este caso, no se trata de los 220 V, sino de la estática, definida como una acumulación de carga eléctrica en la superficie de un objeto o de una persona.

La carga de la estática ocurre cuando hay un intercambio de electrones entre dos materiales que entran en contacto y luego se separan. Algunos materiales tienen mayor tendencia a ceder electrones (y se cargan positivamente), mientras que otros los captan con más facilidad (carga negativa).

Entonces, cuando una persona acumula una carga suficiente, esta puede liberarse al tocar un objeto o a otra persona. Esto produce una pequeña descarga eléctrica.

Existen varias razones por las cuales algunas personas parecen transmitir electricidad con más frecuencia que otras.

Entre ellas, figuran el uso de prendas hechas de fibras sintéticas, como el poliéster o el nailon, que tienden a generar más electricidad estática en comparación con el algodón o la lana.

Por otra parte, los zapatos con suelas de goma impiden que la carga acumulada se disipe en el suelo, y esto aumenta la probabilidad de sufrir descargas al tocar objetos metálicos o a otras personas.

Mientras que en ambientes secos, el aire tiene menor capacidad para disipar la carga estática, lo que hace que las descargas sean más frecuentes, la humedad ayuda a dispersar la electricidad acumulada.

Algunas personas que se mueven constantemente, especialmente en superficies alfombradas, pueden acumular más carga debido a la fricción.

Además, aunque no es un factor determinante, algunas personas pueden tener una piel más seca o una mayor propensión a generar cargas debido a su tipo de piel o sudoración.

Las personas que casi siempre reciben o transmiten descargas eléctricas pueden disminuir el efecto de varias maneras.



Fuente Clarin.com

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