Hay una frase que calza justo con la situación que vive hoy el Gobierno y que recordó un agudo observador. Dice: si en política no estás sentado a la mesa, figuras en el menú.

Es interesante aplicarla en un momento que el Gobierno, por primera vez, está a la defensiva por graves errores propios que involucran sin excusas al famoso triángulo de poder, Milei, su hermana Karina y el poderoso Santiago Caputo. Y también, por extensión y cada vez en más estrecha cercanía, a Manuel Adorni.

En mayor o menos medida, todos han sido alcanzados de lleno o salpicados en esta semana negra para la administración libertaria.

Los que están en la mesa deben decidir qué van a hacer porque, hasta ahora, todas las maniobras para desviar la atención del escándalo cripto no han hecho otra cosa que traerlo una y otra vez al escenario. El costado más riesgoso es la investigación judicial en Estados Unidos: en los despachos del poder ese fantasma asusta porque no hay control ni garantías.

El viaje de Santiago Caputo a Washington, una teatralización de apoyo explícito de Milei a su operador estrella, ha llenado de zozobras al resto del elenco que se siente que forma parte del menú de cambios. Pueden ser inmediatos o luego del discurso presidencial en el Congreso el 1° de marzo, mensaje que estará enmarcado en el escándalo del auspicio de Milei a un memecoin, que la política y la opinión pública ya caratuló como estafa.

Siguiendo los usos y costumbres, habrá consecuencias.

Antes de llegar al menú, primero hay que analizar la conducta de los comensales y el endeble, confuso y contradictorio arsenal de argumentos que no pudieron sofocar el escándalo.

El lanzamiento del $LIBRA no sorprendió a Milei, que lo difundió con generosidad; no fue improvisado ni pensado para fondear pequeñas empresas argentinas; los que armaron la operación eran conocidos de los comensales de esa mesa, con algunos de los cuales el Presidente trabajó antes de lanzarse a la política. Milei nunca criticó, hasta ahora, a esos jugadores dedicados a la timba global.

El escándalo sacó a luz otra cuestión seria: la sospecha de que las entrevistas con el Presidente estarían tarifadas por quien le maneja su agenda o por quienes dicen tener acceso a esa oficina, alguno de los cuales fue mencionado en el escándalo cripto. Versiones envenenadas, con consecuencias prácticas.

Ilustración: Agustín SciammarellaIlustración: Agustín Sciammarella

Quizás el primer damnificado sea el ministro de Defensa Luis Petri, ex compañero de fórmula de Patricia Bullrich, a quien harían responsable de un comentario en televisión de su pareja -una respetada periodista- sobre esas denuncias. Ya se habla de Luis Juez como reemplazante, el cordobés que sigue intentando ser gobernador de su provincia, esta vez escalando por la vertiente libertaria. A Petri lo critican por otras cuestiones vinculadas con la compra de los aviones F-16 y los hangares en Tandil, pero el fondo del asunto es que Karina Milei se sintió afectada por los rumores.

Otro que está anotado en el menú es Guillermo Montenegro, el ex juez, intendente de Mar del Plata, e inmigrante en La Libertad Avanza. Se lo ha mencionado como posible reemplazante de Mariano Cuneo Libarona, quien pagaría los platos rotos por la operación para poner a Ariel Lijo en la Corte. Aunque es obvio que Cúneo no participó de esta maniobra, que pensó y ejecutó Ricardo Lorenzetti, el miembro de la Corte. El ministro de Justicia sería el chivo expiatorio.

Pero si hay un hecho notorio es que el escándalo cripto obligó a Santiago Caputo a salir de las sombras. Su torpe intervención en un reportaje, tolerada por quien lo conducía, fue una grosería, argumentan, para evitar un papelón mayor. Caputo conoce a Milei y temía un desborde mientras observaba cómo iba juntando presión cuando le recordaban en el reportaje que sus acciones no pueden escapar a su investidura presidencial. Es que el argumento de que el Presidente puede tener “acciones personales” es una muestra de la torpeza argumentativa y de la tribulación que ganó al gobierno por este asunto.

Las críticas a Santiago Caputo fueron una novedad. Parecieron surgir de un libreto estudiado, salvo Guillermo Francos que se animó a ir más allá: nadie es imprescindible, dijo, y esa calificación no pasó desapercibida. Francos hoy resiste una embestida para desplazar a Lisandro Catalán, su mano derecha, y reemplazarlo por Sebastián Parejas, armador de Karina Milei en el territorio bonaerense. ¿Tolerará el jefe de Gabinete esa amputación?

Mauricio Macri apuntó también a Caputo y Karina: el Presidente está mal rodeado, golpeó. Y, sobre caliente, embistió sobre el asesor por otro asunto opaco que fue la caída de la licitación de la Hidrovía.

Es cierto que las encuestas cantan, por ahora, que el nivel de adhesión electoral a Milei no se ha modificado, pero sí ha sufrido la credibilidad en este gobierno. Un sondeo dice que el 56,2% de los consultados le adjudica responsabilidad al Presidente. Y lo que más importa a Milei es que en el exterior su imagen ha sido afectada. Pero hay que observar, también, que esta ruptura del cristal en el mundo libertario puede significar cierta revitalización del PRO, cuya única opción de supervivencia y de capacidad de alianzas está en que Mauricio Macri se decida a recuperar su partido y ofrecer una oferta moderada en la Ciudad.

Milei, paradójicamente, ha sido “ayudado” por la reacción visceral de sus opositores, que han salido al toro a criticarlo. Esta reacción abroqueló a quienes, sobre todo, no quieren que el kirchnerismo vuelva a la Casa Rosada. Faltó inteligencia y prevaleció la bronca.

El peronismo no tiene respuestas en cuatro asuntos clave: 1) La inflación; 2) El déficit fiscal; 3) La seguridad; 4) autoridad para hablar de corrupción.

Entonces, depende de los problemas que se genere el propio Milei, como en este caso, pero aun así no puede encontrar una estrategia que le ayude a recomponer su imagen y propuesta.

No hay tampoco que comerse el amague de una fractura del peronismo en la Provincia. Kicillof hace gestos de “autonomía”, no de ruptura. Un quiebre determinaría también que los renovadores de Massa harían rancho aparte.

La Provincia quedaría así servida para el triunfo libertario.



Fuente Clarin.com

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