El amor por el oro o el dinero nunca ha producido como corolario conductas humanitarias o altruistas. El dinero como poder hace que quien lo detenta se enseñoree sobre los pobres o débiles. Y la pertenencia de dinero exalta el egoísmo por el temor a su pérdida.
El poderío de alguien, por su riqueza descomunal, se recostó en el imprevisible que vemos en la Casa Blanca. Esta imprevisibilidad y sus aterradoras consecuencias están brillantemente expuestas en los artículos de Cruz Ruiz (15/2 y 22/2). ¿Qué le ocurrirá al mundo si entre dos tiranos -uno en la Casa Blanca y el otro en el Kremlin- se desata una disputa, quizá por una razón tan simple como un gesto que no le agradó al otro? Alerta llena de espanto el saber que ambos tienen a su alcance el botón rojo, que no dudarán en apretar.
Un pequeño deshilache en el bolsillo americano hizo que empujaran a este monstruo a gobernar una de las potencias más grandes. Como psiquiatra vi y traté a “soberbios generales” o “autócratas de lo más crueles” en sus locuras, pero estaban bien contenidos. El desubicado emperador de la corbata roja no está contenido por nadie y lo que es peor, el magnate de vergonzantes riquezas se recostó en el líder, pergeñando tremendas travesuras de consecuencias mundiales. ¿Que no es caso un TEG, pero a nivel de realidad, su fantasía para Gaza? ¿O ahora, pretender hacer de mentira verdad al decir que el presidente Zelenski atacó primero?
Y aquí otra vez el dinero muestra su conexión subterránea con el mal: por miserables monedas se juega el derrumbe de la democracia mundial. Y como parece concluirse en los artículos citados, parece no haber marcha atrás. Como aquello que les citaba a mis alumnos. Hay en tres cosas que no pueden volverse atrás: la flecha lanzada, la palabra dicha y la oportunidad perdida. En esta última se inserta el drama que parece atisbarse y es sencillamente que un alienado, bastante alejado de la realidad, haya sido ungido con el cetro de un emperador omnipotente y adalid en misantropía…
Héctor Cuadrado hectorcuadrado@yahoo.com
Vivo en Ringuelet, en las afueras de La Plata. Los vecinos ya no sabemos qué hacer para combatir la inseguridad. Rejas, alarmas, alarma vecinal, cercos eléctricos, nada evita entraderas, salideras, asaltos a mano armada. Los presos somos nosotros, los laburantes. Hace unos años, en noviembre de 2017, a una cuadra de mi casa, una nena de 12 años, Abril Bogado fue asesinada en ocasión de robo. Recuerdo la marcha de silencio que hicimos todos, y aún hoy, cada vez que paso por esa puerta me estremezco pensado en esa familia. Hoy, la víctima es Kim Gómez, de 7e años, asesinada por dos delincuentes con antecedentes, favorecidos por el garantismo y liberacionismo promovido por el kirchnerismo. De mal en peor. La Plata en particular y la provincia de Buenos Aires en general, es zona liberada. Nadie nos cuida. Acéfalos, desprotegidos, indefensos. ¿El gobernador? No se hace cargo.
Irene Bianchi irenebeatrizbianchi@hotmail.com
Me resulta fácil definir lo que hizo nuestro Presidente el sábado en el Congreso. Lo que hizo desde el atril, donde él era el único orador, en una situación totalmente despareja de poder entre él y su aludido (Manes), para defenestrarlo sin que la otra persona tuviera micrófono ni tiempo asignado para contestarle es sencillamente impresentable. Milei, te voté desde las PASO. Te defendí a capa y espada. Hiciste el mejor aporte desde la convertibilidad para resolver el problema de la inflación, y el mejor aporte desde la vuelta de la democracia para achicar el Estado. Vas a ser recordado sin dudas como un prócer en materia económica y cultural, por tu conducta de hacerte responsable de que tengamos superávit fiscal, merced a reducir el gasto público y achicando el Estado. Te felicito por eso, y te lo agradezco.
Pero te pido por favor que dejes de defenestrar al que no se somete a tus ideas, al que se quiere expresar en disconformidad. Atacá sus ideas si querés, pero no a su persona. Sos Presidente de todos los argentinos, también de Kicillof, de CFK y de todos los que no te agradan. Tratalas con respeto aunque ellos no lo hagan con vos. Dejalos que se equivoquen ellos. Vos sos nuestro Presidente, ellos tienen cargos de mucha menor responsabilidad. Y buscá un punto de encuentro con tu compañera de fórmula, a quien también votamos los argentinos. No podés pelearte con ella y aislarla;retomen el diálogo.
Diego Iribarren sp2015w@gmail.com