La oruga de la polilla moteada posee uno de los camuflajes naturales más impresionantes del mundo animal. No solo parecen ramas muertas, sino que también pueden cambiar de color para confundirse con el entorno.
Presente en diferentes regiones del hemisferio norte, como Asia, Europa y Norteamérica, este tipo de oruga es una maestra del mimetismo. No solo tiene la forma de una ramita, con todas sus imperfecciones naturales, sino que también puede imitar el color de las ramas que toca y así protegerse mejor de los depredadores.
Las orugas palo, que eclosionan a mediados del verano, suelen estar activas de julio a septiembre, pero es poco probable verlas, ya que son prácticamente indistinguibles en un bosque.
Con cuerpos irregulares, cabezas que parecen tallos rotos y patas diminutas que son como pequeños cuernos, estas criaturas tienen una capacidad natural para perfeccionar su camuflaje, indica Odditycentral.
Como si su apariencia no fuera suficiente para engañar a la mayoría de sus enemigos, las moteadas son capaces de adherir su cabeza a las ramas de los árboles y extender su cuerpo para imitar cualquier tallo. También pueden mantener esta postura durante largos periodos, al menos el tiempo suficiente para engañar a la mayoría de las amenazas.
En algunos casos, las diminutas orugas también pueden adoptar poses que se asemejan a excrementos de pájaro.
Además, aunque son menos impresionantes que su forma de oruga, las polillas también tienen un patrón de alas moteadas que las ayuda a mimetizarse con los árboles en los que suelen descansar.