La mezcla de miel con bicarbonato de sodio se convirtió en una de las fórmulas caseras más populares. Es fácil de preparar, económica y aporta beneficios visibles a la piel: ayuda a eliminar puntos negros, limpiar los poros, controlar la grasitud y dejar la piel mucho más suave.
Esta mascarilla combina dos ingredientes que probablemente ya tengas en casa y que, usados correctamente, pueden marcar una diferencia en tu rutina facial, de acuerdo a un artículo de Glamour.
Por un lado, el bicarbonato de sodio funciona como un exfoliante suave: elimina células muertas, limpia los poros en profundidad y ayuda a regular el pH de la piel. Esto es clave para reducir el exceso de grasa, una de las principales causas de los puntos negros y otras imperfecciones. Además, al desobstruir los poros, mejora la textura de la piel y la deja con un aspecto más parejo.
Por otro lado, la miel aporta propiedades antibacterianas, antiinflamatorias e hidratantes. Esto significa que, mientras el bicarbonato limpia, la miel calma e hidrata, evitando que la piel se irrite o se reseque, según el sitio anteriormente citado.
Con dos ingredientes básicos y unos minutos, podés hacer esta mascarilla natural en casa:
Además de ayudar a eliminar los puntos negros, esta mascarilla deja la piel visiblemente más limpia, fresca y luminosa. Usada con constancia:
Como con cualquier preparación casera, es importante tener precaución: cada piel es distinta y lo que funciona en un caso puede causar irritación en otro. Ante cualquier duda o si tenés la piel sensible, lo mejor es consultar con un dermatólogo antes de aplicar este tipo de mezclas.