A cinco meses de las elecciones legislativas, el valor del dólar se convirtió en la piedra angular de la estrategia de campaña de Javier Milei. Es una de las anclas para reducir la inflación y aumentar las posibilidades en octubre.

Tras la salida del cepo para los ahorristas (todavía quedan restricciones para empresas), el dólar cotizó por debajo del centro de la banda de flotación —fijada inicialmente entre $ 1.000 y $ 1.400 para ir ampliándose 1% en ambas direcciones cada mes-, lo que limitó la devaluación y el traspaso a la inflación que habían pronosticado los analistas, según sostiene la agencia Bloomberg.

Un peso más fuerte podría alimentar el optimismo de los argentinos sobre las perspectivas económicas. Por otro lado, también podría perjudicar los márgenes y la competitividad, según Alejandro Cuadrado, director global de estrategia cambiaria para Latinoamérica de BBVA.

Así es como el gobierno de Milei planea limitar la suba del dólar, asegura Bloomberg:

1. Flujos estacionales de la soja

La cosecha de soja suele generar una avalancha de dólares durante el segundo trimestre. A esto se suma el fin de la baja transitoria de las retenciones el 30 de junio, lo que empujará a los productores y exportadores de soja a vender dólares, en línea con el objetivo de Milei.

2. Bonos para los tenedores de dólares

El Banco Central está trabajando en la emisión de bonos denominados en pesos que podrán adquirirse en dólares, según declaró Federico Furiase, uno de los directores de la entidad la semana pasada. La iniciativa está diseñada para aumentar la oferta de divisas en el mercado y ayudar a la autoridad monetaria a acumular reservas, según Furiase.

3. El “carry trade”

Un reciente cambio normativo permite a los inversores extranjeros participar en el mercado oficial de divisas siempre que mantengan sus inversiones en Argentina durante seis meses o más. Esto está atrayendo dinero extranjero de inversores que buscan aprovechar el carry trade. Como saben que el Gobierno busca mantener el dólar quieto hasta las elecciones, venden sus billetes, colocan esos pesos en bonos con tasas altas y luego vuelven a comprar dólares obteniendo una tasa interesante en una divisa dura.

4. Amnistía para ahorristas

Caputo planea alentar a los argentinos a depositar en bancos cerca de US$ 200.000 millones que actualmente se encuentran fuera del sistema financiero. El ministro de Economía quiere canalizar estos ahorros hacia las transacciones cotidianas y monetizar la actividad económica en dólares, ya que el gobierno busca limitar la cantidad de pesos en circulación.

5. Exportaciones de energía

Las exportaciones de energía, que han aumentado significativamente en los últimos años, prometen convertirse en la segunda fuente de divisas del país, actualmente solo por detrás de la agricultura. La clave para ello será Vaca Muerta, el principal yacimiento petrolífero del país.

6. Inversión extranjera directa

El gobierno también espera que aumente la oferta de dólares como consecuencia del levantamiento de los controles cambiarios. La idea es que las empresas se verán más tentadas a traer dólares al país si pueden venderlos libremente en el mercado de divisas o retirarlos cuando lo deseen. El llamado programa RIGI se suma a ello concediendo concesiones para grandes inversiones.

7. Superávit fiscal

El Tesoro argentino planea mantener su superávit fiscal y retirar pesos del mercado, según anunció Furiase. La mayor necesidad de pesos del gobierno, con un Banco Central que limita la cantidad de dinero, le quita combustible a la demanda de dólares y alivia la presión sobre el tipo de cambio.

8. Aspiradora de pesos

La decisión del Banco Central de no comprar dólares hasta que se fortalezca el peso está enviando la señal al mercado de que los responsables políticos no inyectarán pesos en el sistema. La entidad también anunció que emitirá un bono denominado en dólares, que se puede comprar en pesos, para las empresas que necesiten enviar dividendos al extranjero, lo que se suma al conjunto de herramientas de que dispone la institución monetaria para absorber pesos.

La implementación de estas herramientas reforzaría el compromiso del gobierno de mantener la fortaleza del peso, que estuvo entre las divisas con mejor rendimiento del mundo en 2024 y se encuentra en su nivel más alto en 10 años.

Sin embargo, una moneda cada vez más fuerte no está exenta de riesgos. “El peso ya se había apreciado en términos reales, por lo que bajarlo profundizaría esa tendencia”, afirmó Cuadrado, de BBVA. El límite inferior de la banda del peso, de 1.000, no debería buscarse, dados los objetivos que Argentina debe alcanzar como parte de su acuerdo de financiación con el Fondo Monetario Internacional y ante un entorno potencialmente menos favorable en la segunda mitad del año, afirmó.

Con el objetivo de impulsar el poder adquisitivo de los salarios argentinos en dólares y en términos reales, y de ganar votantes antes de las elecciones de octubre, algunos temen que el fortalecimiento del peso pueda frenar la actividad en algunos sectores o impulsar las expectativas de devaluación.

“Esto podría crear una ventana de oportunidad para comprar dólares”, dijo Federico Filippini, economista jefe de Adcap, una gestora de inversiones. “Pero mientras el Gobierno se mantenga centrado en su objetivo de inflación, esto será sostenible”, dijo Filippini.

Líderes empresariales pidieron el martes recortes fiscales o medidas estructurales en un evento celebrado en Buenos Aires. “No se puede tener todas las variables en contra. La carga de los impuestos retenidos, el fuerte tipo de cambio y todo un conjunto de factores adversos están frenando a muchos sectores”, dijo Manuel Santos Uribelarrea, director general de la empresa generadora de electricidad MSU.



Fuente Clarin.com

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