Este fin de semana, el Ensamble Arthaus vuelve a la obra del compositor italiano Fausto Romitelli (1963-2004), en esta oportunidad, con Amok Koma, un álbum creado en el año 2001. Su concepción sonora discontinua y desconcertante permite una experiencia sensorial que crea espacios, dimensiones imaginativas, casi cinematográficas. El uso instrumental genera situaciones que perturban el cuerpo y la capacidad de escucha. La furia está ligada a las tonalidades de la música electrónica como a la posibilidad de llevar al cuerpo a un estado hipnótico, como otra forma de ritual moderno.
Conocido por su pieza Professor Bad Trip, su obra tiene el efecto de una sustancia que sucumbe a la distorsión y nos sorprende o nos abre la posibilidad de discutir las nociones de lo musical. Cada sonido parece alimentarse a sí mismo, empujar la exasperación y entender que del desequilibrio y la furia también puede surgir una música que nos lleve a asociaciones, a emociones vibrantes y no solo a la fiesta.
*El Ensamble Arthaus presenta Un día de furia, este sábado, a las 20, y este domingo, a las 18.30, en Arthaus, Bartolomé Mitre 434.
No hay ni escenografía ni vestuario. Ellos se presentan en la escena desnudos, escoltados por una serie de objetos que comienzan a ofrecer al público sin que medie intercambio alguno, solo la rapidez por manifestar el interés ante una tostadora, un osito de peluche o una foto del Papa Francisco. En la escena siguiente, casi como en una condición para que la performance acontezca, Laura Kalauz y Martin Schick piden al público ropa para vestirse. Ellos están dispuestos a pagar por el alquiler de los atuendos durante el tiempo que dure la experiencia.
El intercambio de mercancías es el primer tema de Cmmn sns prjct, una performance que busca derribar cualquier idea o posibilidad de obra de teatro, especialmente porque los dos performers ponen de manifiesto sin descanso las condiciones en que esa situación se desarrolla.
Laura Kalauz y Martin Schick establecen un diálogo permanente con el público, incluso cuando representan brevemente alguna escena de una obra teatral o de una novela rusa (que aquí no revelaremos) con la voluntad de que alguien en la platea adivine su procedencia y obtenga los números para un futuro sorteo.
En Cmmn sns prjct, toda instancia demuestra que las relaciones sociales están atravesadas por la mercancía, como decía Marx, que el capitalismo nos obliga a convertir todo lo que hacemos en un objeto vendible. De hecho, esta misma anti-obra de teatro se va a ofrecer en un remate para que cualquier espectador pueda comprar sus derechos (se recomienda a los interesados llevar dinero en efectivo).
Las condiciones de producción arman la dramaturgia de Cmmn sns prjct, no hay aquí un relato o una trama, sino la materialidad misma del hacer teatral expuesta sin ningún artificio. La representación es reemplazada o puesta en discusión por una forma más ligada a la presentación donde nada de la escena remite a la ficción. Los actores no transitan por un personaje, pero se ven en la obligación de actuar, al menos esa clase de actuación imprescindible para poder atrapar la atención de una audiencia y convencerla de llevar adelante esa experiencia.
Podríamos decir que se ensaya en Cmmn sns prjct un tipo de actuación política que busca instaurar una instancia más social que ficcional con el público. Todo lo que podría ser interpretado como parte de un show o un juego adquiere una espesura demasiado real: hay gente que ofrece un pantalón o una remera a los actores, otros que reciben objetos de regalo, alguien dispuesto a poner dinero para comprar la obra. Pero también este encuentro va a generar una suma de dinero y parte de la trama buscará resolver en conjunto qué se hace con ese pequeño capital.
Cada hecho merece un reflexión, propicia el ejercicio de mirar cómo suceden las cosas, qué hay detrás de los comportamientos habituales, por eso no nos encontramos con una narración basada en una invención, sino con la realidad más banal convertida en el soporte de un drama cotidiano del que formamos parte, del que también somos autores.
Cmmn sns prjct se ocupa de la instrumentalidad de la política y se permite pensar desde la experiencia concreta la noción de comunidad en el teatro. No por nada esta obra forma parte de la programación del Club de Artes Escénicas Paraíso donde el trabajo con las audiencias es un eje de la curaduría y de la conformación del club.
La política en la obra no está en los enunciados, sino en la mecánica que posibilita el intercambio y las resoluciones de la vida en común sin dejar de señalar que todo dispositivo escénico requiere de dinero, de recursos que se administran con mayor o menor acierto y de una capacidad para involucrar a los otros y de generar una atención (en este caso dramática) sobre lo que estamos dispuestos a dar, sobre cómo medimos nuestros intereses, sobre cómo evaluamos la paridad entre lo que obtenemos y lo que ofrecimos, porque el mecanismo de Cmmn sns prjct demuestra que lo que pasa en escena depende siempre de la respuesta del público.
Es aquí donde se recupera la teatralidad porque si los intérpretes no logran estimular al público para que esté en sintonía con lo que sucede, la obra no puede realizarse. La fragilidad del teatro convertida en una performance que demuestra cómo cada pequeña intervención hace posible la vida social más amplia.
*Cmmn sns prjct presenta los sábados a las 20, en Arthaus, Bartolomé Mitre 434.