Negociadores de Estados Unidos y Rusia se reunieron el lunes para conversaciones en Arabia Saudita sobre un alto el fuego parcial en Ucrania, horas después de una ronda de negociaciones entre delegados de Estados Unidos y Ucrania, informaron medios rusos.

Las agencias estatales de noticias Tass y RIA-Novosti dijeron que las negociaciones habían comenzado en Riad. Se espera que la reunión se vea seguida por otro contacto entre los equipos de Estados Unidos y Ucrania.

Las reuniones separadas pretenden concretar detalles de una pausa en los ataques de largo alcance de ambos países contra instalaciones energéticas e infraestructura civil y un cese de ataques en el mar Negro para garantizar la seguridad del tráfico mercante.

Ucrania y Rusia acordaron en principio el miércoles un alto el fuego limitado después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hablara con los líderes de los países, pero las partes han ofrecido diferentes puntos de vista sobre qué objetivos estarían fuera de los límites de ataque y se han acusado mutuamente de socavar los esfuerzos para alcanzar una pausa.

Esta vez Moscú llevó a la mesa de negociaciones un equipo de negociadores con un perfil muy diferente al de la primera vez. La delegación anterior estaba encabezada por Sergei Lavrov, jefe de la diplomacia rusa.

Moscú envió a dos figuras muy conocidas por su rol en la guerra en Ucrania, se trata un ex diplomático y un antiguo jefe operativo del FSB, los servicios de seguridad interior. Son lo que el portavoz del Kremlin describió como “los mejores negociadores de Rusia”. Se trata del senador Grigory Karasin, ex viceministro de Asuntos Exteriores que participó directamente en la redacción de los acuerdos de Minsk 1 y Minsk 2 en 2014 y 2015.

El llamado Protocolo de Minsk tenía el objetivo de poner fin al conflicto entre separatistas prorrusos y combatientes ucranianos que estalló en 2014 en el este de Ucrania. Un proceso de supervisión del conflicto que se puso en marcha tras la desestabilización del Donbás y el establecimiento de dos zonas denominadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, ambas bajo la influencia de Moscú.

La otra figura conocida del asunto ucraniano es Serguéi Beseda, actualmente asesor del director del FSB, los servicios de seguridad interior. Durante mucho tiempo, este general dirigió uno de los departamentos del FSB, el Quinto Servicio, responsable de la recogida de información en los países de la antigua Unión Soviética, incluida Ucrania.

Sancionado por Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y el Reino Unido desde 2014, Serguéi Beseda seguía al mando cuando Vladímir Putin lanzó en Ucrania lo que sigue llamando una “operación especial”.

Las primeras conversaciones en Riad de febrero tenían como objetivo esencial, para Moscú, relanzar su relación con Washington. Esta vez, sin embargo, queda claro, por la elección de estos dos negociadores aguerridos, que se trata de entrar de lleno a hablar de la guerra en Ucrania.

A pesar de todo, poco se puede esperar de esta primera etapa de negociaciones porque todo indica que las conversaciones van a durar varias semanas como mínimo. Luego está el alcance de los intercambios, el alto el fuego sobre las infraestructuras energéticas y la reanudación del acuerdo sobre los cereales del Mar Negro, según Moscú.

Se trata de dos aspectos que, por encima de todo, favorecen los intereses de Moscú. Es en el Mar Negro donde la balanza de poder está actualmente en contra de Rusia. Y, como era de esperar, según el Kremlin, se trata “del tema principal de las negociaciones” de este lunes 24 de marzo en Riad.



Fuente Clarin.com

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