El jefe del área de terapia intensiva de la Clínica Olivos, donde Diego Armando Maradona (60) fue operado de un hematoma subdural, aseguró que los médicos de cabecera eran el neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov, quienes ordenaron sedarlo mientras se definía cómo continuar su tratamiento contra la abstinencia y desintoxicación.
En su declaración, que se extendió unas tres horas ante los jueces Maximiliano Savarino, Verónica Di Tommaso y Julieta Makintach del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°3 de San Isidro, Fernando Villarejo (67) aseguró que Maradona fue intervenido sin realizarle ningún examen pre quirúrgico.
Villarejo cuenta con más de 40 años de experiencia en terapia intensiva. Es jefe en el Hospital Posadas y en la Clínica Olivos, a la que Maradona fue trasladado el 2 de noviembre de 2020, 23 días antes de su muerte.
En la jornada de este martes, la decimocuarta del juicio por la muerte de Maradona, declaró que cuando el Diez llegó a la clínica vieron los estudios sobre el hematoma y no le pareció que se trataba de algo “categórico” para operarlo de manera urgente, pero lo hicieron el mismo día porque confiaron “en su médico de cabecera”, que era Luque.
“No hubo charlas con los médicos de Ipensa. No se hicieron estudios, como llegó de Ipensa entró al quirófano. No hubo una persona especifica que haya tomado la decisión de no hacer estudios, su médico de cabecera seguro”, afirmó el médico y agregó que podría haberse operado al día siguiente.

La abstinencia
Tres días después de la intervención se realizó una reunión con autoridades de la clínica y la familia en la que Luque y Cosachov aseguraron que el eje de la internación del Diez en el Sanatorio Ipensa fue para tratar su abstinencia.
Según el testigo, en esa reunión estaban “preocupados” por el hecho de que “el paciente era muy difícil de manejar desde el punto de vista conductual”.
“Pensaban en algo relacionado con la abstinencia, la dificultad para que tomara medicación”, explicó Villajero, siempre en relación a esa reunión realizada al quinto día de internación.
El médico recordó que Luque confió en la misma charla que Maradona “era un paciente inmanejable”, algo que perjudicaba en su atención y que necesitaban sedarlo para realizar su tratamiento.
“Luque y Cosachov me pedían sedar a un paciente para iniciar un proceso de desintoxicación y abstinencia”, indicó el testigo y, en ese sentido, explicó que eso traería riesgos como “una depresión severa en la vía superior, de ventilarlo o asistirlo, complicaciones infecciosas, nutricionales, de la piel, etcétera”.
“Vamos a aceptar los riesgos”, le respondieron Luque y Cosachov, lo que motivó que Villarejo lo deje plasmado en la historia clínica del paciente. Luego, comenzó el proceso de sedación.

La sedación
Maradona fue sedado el jueves 5 de noviembre. “Estuvo sedado un poco más de 24 horas, no sabíamos como íbamos a seguir”, destacó el profesional y añadió que, en ese estado, el paciente “no podía seguir a largo plazo”.
“Fue una sedación interesante en cuanto a la cantidad de dosis”, explicó Villarejo y señaló que, “como no había horizonte”, él fue quien decidió ir reduciéndola de a poco.
Al día siguiente hubo un nuevo encuentro en el que Villarejo no estuvo presente y el director de la clínica, Pablo Dimitroff, se reunió con las hijas de Maradona, Luque y Cosachov, para establecer un procedimiento con el objetivo de darle el alta “a una institución de rehabilitación motora y neurológica, algo que parecía atinado”, sostuvo.
El testigo relató que, durante su internación, Maradona “tenía idas y venidas en su situación psicomotriz”, y que quería regresar a su casa; y que para él no era recomendable que continúe internado en Olivos.
Internación domiciliaria
En otro tramo de su testimonial, el especialista en terapia intensiva se refirió al momento en el que se decidió por la internación domiciliaria y lo que vio plasmado en la última hoja de la historia clínica del exfutbolista antes de su externación.
“Por lo que leí en la última hoja de la historia clínica, Cosachov dijo que la familia es la que no quiere enviarlo a un centro de rehabilitación y pide la atención domiciliaria y que los médicos acompañan la decisión”, declaró.
Hamburguesas en la terapia intensiva
Antes de finalizar su extensa declaración, la cual contó con la presencia de Jana Maradona y los imputados Mariano Perroni y Pedro Di Spagna, Villarejo relató varias situaciones que observó en la terapia intensiva durante los nueve días que Maradona estuvo internado.
“Había muchísima gente, podrían traer hamburguesas o medicamentos”, indicó Villarejo y al ser consultado por el abogado Vadim Mischanchuk, defensor de Cosachov, sobre las razones por las que había tanta gente, respondió apenado: “Era por el personaje. Era vergonzante, indignante, me declaro culpable por eso. Soy un peón en este tablero donde hay un rey y una reina.”
Al respecto, el abogado Fernando Burlando, quien representa a Dalma y Gianinna Maradona, preguntó si Luque y Cosachov sabían de la cantidad de personas del entorno que había en la habitación de la terapia intensiva y si eso podía perjudicar la salud del Diez.
“Sabían, pero no les preocupaban como me preocupaba a mí”, afirmó, tajante.