El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, propondrá una respuesta coordinada de los países del BRICS a los nuevos aranceles estadounidenses que entraron en vigor este jueves, y que golpean con fuerza a Brasil, India y China, que integran el grupo.
Celso Amorim, Asesor Especial de la Presidencia, confirmó que en las próximas horas Lula hablará con el premier indio, Narendra Modi, y que luego contactará al presidente chino, Xi Jinping.
Según informes de medios locales, Lula está considerando una respuesta coordinada de los BRICS a los aranceles estadounidenses, un tema que también se trató en la cumbre de líderes celebrada en Río de Janeiro en julio.
Trump utiliza las tarifas aduaneras como un arma de política económica con un objetivo: reestructurar el comercio “en beneficio de los trabajadores estadounidenses”.
“¡Es medianoche!¡Miles de millones de dólares en aranceles fluyen hacia Estados Unidos ahora!”, escribió Trump en mayúsculas en su plataforma Truth Social.
Washington mantiene el mínimo universal del 10% impuesto en abril a los países a los que Estados Unidos exporta más de lo que importa, es decir con los que tiene superávit comercial. En el caso contrario, desde este jueves les aplica recargos más altos de entre el 15% y el 41% a Siria.
Los afectados no tiran la toalla
En señal de buena voluntad Suiza, golpeado con un 39%, anunció que no prevé “por el momento” represalias sobre los productos estadounidenses.
Sudáfrica tampoco pierde la esperanza. Asegura que el presidente Cyril Ramaphosa habló con Trump el miércoles y ambos “se comprometieron a proseguir las negociaciones”.
Obreros indios trabajan en un taller de Red Fashion Textile, donde se fabrican prendas en la zona de Dharavi, Mumbai, India. Foto EFELa mayoría de los socios de Estados Unidos paga desde este jueves un 15%, como la Unión Europea, Japón, Corea del Sur, Costa Rica, Bolivia, Ecuador y Venezuela, entre otros.
India será el más castigado, con un 50%, si se suma el 25% que entró en vigor este jueves y el 25% que le aplicará dentro de tres semanas por “la compra continua de petróleo ruso”.
Mención aparte merece Brasil
Pese a tener superávit con el país, muchos de sus productos, incluido el café y la carne, están gravados con un 50% adicional desde el miércoles, en parte en protesta por el juicio por presunta intentona golpista contra el expresidente Jair Bolsonaro, a quien Trump considera víctima de una “caza de brujas”.
México ha ganado tiempo con una prórroga de 90 días para negociar un acuerdo y entretanto paga el 25%, salvo en los bienes protegidos por el Tratado de libre comercio de América del Norte (T-MEC), del que forma parte con Estados Unidos y Canadá.
Este acuerdo también protege a muchos bienes de Canadá, golpeado desde hace unos días con 35% de gravámenes suplementarios.
Washington esperaba firmar decenas de acuerdos durante los últimos meses, pero solo concretó siete, entre otros con la Unión Europea, Japón y el Reino Unido. Casi todos son preliminares y acompañados de promesas de inversiones masivas en Estados Unidos.
El presidente Donald Trump habla en la Oficina Oval, en Washington. Foto APJapón y Estados Unidos interpretan de distinta forma el suyo. Tokio estima que el 15% es un límite (si los aranceles anteriores eran inferiores a ese porcentaje) y Washington insiste en que se suma a los impuestos preexistentes.
El secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, declaró el jueves en Fox Business que los nuevos aranceles podrían suponer 50.000 millones de dólares mensuales para Estados Unidos. “Son cifras increíbles”, dijo.
En Truth Social, convertida en megáfono, el presidente republicano suele escribir que los recargos harán que Estados Unidos “vuelva a ser GRANDE y RICO”.
Lo escribe en mayúsculas pero, aunque engrosarán indudablemente las arcas del Estado, es pronto para determinar su impacto.
Una encuesta de Morning Consult/The Century Foundation publicada el 31 de julio muestra que el 83% de los estadounidenses están preocupados por el precio de los alimentos.
La mayoría de los economistas estiman que los consumidores estadounidenses terminan pagando más, porque las empresas, ante el aumento de los costos, suben los precios de sus productos.
Trump apuesta por el proteccionismo para reindustrializar Estados Unidos y quiere que las compañías fabriquen en su territorio. Tiene la intención de imponer aranceles del 100% sobre los “chips y semiconductores”, pero si la compañía “fabrica en Estados Unidos, no hay ningún recargo”.
Los productos farmacéuticos deberían ser los siguientes en la lista.
“Inicialmente vamos a colocar un pequeño arancel (…) pero en un año, año y medio, como máximo, subirá al 150% y luego al 250% porque queremos que los productos farmacéuticos se fabriquen en nuestro país”, declaró Trump esta semana.
Una vista aérea del puerto de Bangkok a lo largo del río Chao Phraya, después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara una pausa de 90 días en los aranceles para muchos países. Foto ReutersEl magnate ya impuso recargos específicos a otros sectores, como el 50% al acero, al aluminio y al cobre, y el 25% a automóviles y componentes que no entren en el T-MEC.
La embestida arancelaria de Trump es escalonada. La próxima fecha importante será el 12 de agosto, cuando expira una tregua comercial con China en virtud de la cual ambos países redujeron sus aranceles respectivos al 10% sobre los productos estadounidenses y al 30% sobre los chinos.
Las dos grandes potencias negocian para prolongar la tregua. La decisión final está en manos de Trump.