Los ministros de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, y el de Economía, Luis Caputo, faltaron a la interpelación en la Cámara de Diputados y se generó un escándalo en el arranque de la sesión. Se excusaron en “cuestiones de agenda” y ofrecieron contestar por escrito, pero los legisladores recordaron que es “obligatorio” acudir a las citaciones de este tipo y buscarán pasar a un cuarto intermedio hasta el 13 de mayo, para recibirlos a ellos dos.
Cúneo Libarona, que en un principio se esperaba que acuda, entró en zona de dudas la noche anterior a la sesión. Finalmente a la mañana envió una carta a la Cámara para justificar su ausencia.
“En virtud de compromisos urgentes asumidos previamente en el ámbito del Ministerio de Justicia, me veré impedido de comparecer al recinto”, apuntó y agregó: “Comunico que la Unidad de Tareas de Investigación (UTI), ha concluido sus labores y ha remitido toda la información recabada a la Justicia. Sin perjuicio de ello, quedo a entera disposición de esa Honorable Cámara para colaborar y remitir por escrito, si así se estimara necesario, toda información que se considere oportuna”.
Casi en espejo, Caputo aseguró que “por cuestiones de agenda impostergables” no podría asistir, aseguró que su ministerio no tuvo que ver con el tema y también se ofreció a contestar por escrito. “Sin perjuicio de que el Ministerio a mi cargo no ha tenido vinculación alguna con las cuestiones relativas al criptoactivo $LIBRA ni posee información acerca de aquellas, estoy a disposición a fines de colaborar con esta Honorable Cámara e informar por escrito -si la urgencia lo amerita”, cerró.
La oposición que motorizó la interpelación coincidió en que es una falta de respeto que hayan faltado, algunos lo definieron como una “burla” y la discusión sobre qué hacer frente a esas ausencias se llevó la primera hora y media de la sesión.
“Aparentemente el señor Jefe de Gabinete no tiene la autoridad política suficiente para asegurar que los ministros del Poder Ejecutivo cumplan con sus obligaciones constitucionales y legales de comparecer según está establecido en el artículo 13 de la Constitución nacional”, apuntó el radical de Democracia para Siempre Fernando Carbajal, quien planteó un voto de censura contra Guillermo Francos. Se trata de un llamado de atención que abre caminos incluso a una posible remoción del funcionario.
Esa idea, más extrema, no prosperó. Pero Unión por la Patria planteó que entonces se vote una moción para que terminada la interpelación a Francos se vote un cuarto intermedio para que la sesión continué el 13 de mayo y ahí se reciba a los dos ministros faltantes.
“Se tiene que votar ahora y que se les informe la reprogramación para el martes 13 a las 14. Y se tiene que votar ahora”, mocionó Cecilia Moreau.
Pero Martín Menem citando el artículo 210 del reglamento que plantea que en las sesiones de interpelación los proyectos se tienen que votar al final se negó. Eso despertó una ola de quejas.
Margarita Stolbizer le aclaró que no se trata de un proyecto sino de una moción para ordenar el debate y Carbajal planteó que en cualquier citación si alguien falta se fija una nueva fecha.
“Este Congreso no va a bajar los brazos. Que digan que día tienen libre. Esta tomada de pelo no es para el Congreso, es para el pueblo argentino”, sentenció Pablo Juliano.
Menem tomó otro argumento: que no se podía ordenar un cuarto intermedio en la interpelación que todavía ni había empezado. La apuesta del oficialismo siempre fue que se quedaran sin quórum para el final de la sesión y no pudieran aprobarlo.
Francos llevaba más de una hora esperando y el radical Julio Cobos -el único radical que dio quórum para la sesión- pidió que se lo deje efectivamente para el final y se de por terminada la discusión.
“Se los puede buscar por la fuerza pública y la comisión puede ordenar allanamientos. No dramaticemos. Es grave que no vengan, pero arranquemos la interpelación”, sentenció también Miguel Angel Pichetto.