En medio de un escenario de incertidumbre en el oficialismo, en el marco de la definición de su binomio presidencial para las elecciones del 17 de agosto, el actual mandatario de Bolivia, Luis Arce, desistió este martes de buscar la reelección ante el inminente fracaso de su candidatura, a causa de su impopular gobierno.

“Hoy doy a conocer al pueblo boliviano con absoluta firmeza mi decisión de declinar mi candidatura a la elección presidencial en las elecciones de agosto próximo”, informó Arce sobre la interrupción de su aspiración de renovar el mandato por cinco años, tras ser proclamado por el Movimiento al Socialismo (MAS), el partido en el poder, a finales de abril.

En ese sentido, argumentó: “Lo hago con la más clara convicción de que no seré un factor de división del voto popular y mucho menos facilitaré en la hora presente que se haga realidad un proyecto de derecha fascistoide con el cual se pretende destruir el Estado Plurinacional”.

El economista de 61 años, quien tenía las encuestas en contra, lidia desde hace más de un año con una severa crisis económica por la escasez de dólares y combustibles, que ha derivado en protestas.

“No puede ser nuestro destino el dividirnos, pelearnos y ser derrotados. No puede ser nuestro destino allanar el camino al fascismo y a la derecha, y a la estrategia imperialista de dividir el campo popular. Me niego rotundamente a aquello”, insistió desde la sede del Gobierno en La Paz, seis días antes de la fecha límite para la inscripción de candidatos.

El actual presidente fue ministro de Economía durante la mayor parte del gobierno de Evo Morales (2006-2019), quien hoy su mayor adversario político. Hacia él lanzó también una exigencia.

“Desde aquí lanzo un desafío al expresidente Evo Morales de no insistir en ser candidato a la presidencia”, reclamó al exmandatario. En ese sentido, justificó: “Primero, porque constitucionalmente no puede ser y segundo, porque la dispersión y fragmentación del voto sólo favorecería a la derecha

Morales insiste en postularse a la presidencia a pesar de que existe un fallo constitucional que lo inhabilita. Además, enfrenta una investigación judicial, con una orden de captura en su contra, por un caso en el que presuntamente abusó de una menor de edad durante su presidencia, la cual resultó embarazada.

Con Arce fuera de carrera, la disputa por el liderazgo de la izquierda será entre Morales y el actual presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, quien hace pocos días rompió con el líder cocalero al anunciar su intención de participar en las elecciones.

Durante su discurso, Arce invocó a Rodríguez y a otras fuerzas de izquierda a “pensar y actuar en función de la unidad”.

Arce asumió el poder en noviembre de 2020 tras arrasar en las urnas con el 55% de los votos. Entonces era recordado por la bonanza económica que Bolivia experimentó durante sus casi 12 años al mando del ministerio de economía.

Durante ese período, el país triplicó su producción interna y disminuyó la pobreza de 38% a 15%.

Las divisas obtenidas por la exportación de gas alimentaron una robusta política interna de subsidios, sobre todo de los combustibles.

Luego de que Arce asumiera como presidente, la caída en la producción gasífera puso en jaque la economía.

El Gobierno tuvo que echar mano de sus reservas internacionales para importar gasolina y diésel y venderlos a precio subsidiado, lo que disparó una escasez de dólares hasta la actualidad.

En abril, la inflación interanual alcanzó el 15%, la tasa más elevada desde 2008.

Con información de agencias.





Fuente Clarin.com

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