Parar unos momentos y hacer lo que más nos gusta. Una manera de relajarnos y, sobre todo, de desenchufarnos del mundo acelerado en que vivimos. Los pasatiempos son cada vez más necesarios y, al mismo tiempo, desatendidos.
Los expertos aseguran que tener un hobby, de cualquier tipo, es una forma de motivarnos y de crecer como personas. Algunos llegan a decir que es una forma de ser felices, aunque esto parece ir demasiado lejos.
La palabra describe numerosas actividades que incluyen pintura, escritura, fotografía, artesanías, lectura, ajedrez, edición de videos, jardinería, pesca y observación de aves. A esto habría que agregar los clásicos, como realizar colecciones de casi cualquier cosa, desde monedas hasta miniaturas.
La cuestión es que diversos estudios científicos ponen blanco sobre negro a la hora de mostrar cómo realizar un hobby tiene sorprendentes beneficios para la salud.
Cómo un hobby puede transformar tu salud: los sorprendentes beneficios según la ciencia

Una investigación de la Universidad Drexel, de Filadelfia, publicada en el sitio de la Biblioteca Nacional de Medicina, estudió el impacto de la creación de arte visual en los niveles de cortisol de 39 adultos sanos. Para ello, se midieron los parámetros de la “hormona del estrés” antes y después de 45 minutos de creación artística. Los resultados indicaron que se produjo una reducción significativa de los parámetros de cortisol de todos los participantes.
Otros estudios científicos han comprobado que algunas actividades, como pintar o escribir, estimulan regiones del cerebro relacionadas con la memoria y la resolución de problemas. Por supuesto, aquí se trata de dedicarse a la pintura artística y a la escritura creativa.
Por otra parte, un hobby ofrece la posibilidad de experimentar la “fluidez”, un estado de concentración absoluta en el que el tiempo parece detenerse. Esta experiencia no solo mejora el bienestar emocional, sino que también refuerza habilidades como la paciencia y la perseverancia, esenciales para asumir mejor los desafíos de la vida cotidiana.
La circulación, la flexibilidad corporal y el fortalecimiento del sistema inmune son beneficiados con actividades como bailar o cuidar del jardín. En este último caso, el contacto con la naturaleza, bien es sabido, ayuda a “bajar las revoluciones”.

Si el hobby es una actividad grupal, como tocar en una banda musical o practicar algún deporte, fomentará el sentido de comunidad, afianzará o creará amistades y, por consiguiente, reducirá los sentimientos de soledad, propios, paradójicamente, de una sociedad hiepercontectada.
También un estudio publicado en el sitio Nature Medicine, que incluye cinco investigaciones longitudinales realizadas en 16 países, ha demostrado que las conexiones sociales derivadas de los hobbies ayudan a combatir en adultos mayores trastornos cada vez más frecuentes como la depresión y la ansiedad. Además, aprender de otros motiva a continuar creciendo en la práctica de un hobby.
Como si fuera poco, un hobby puede transformarse, con el tiempo, en una salida profesional. Por ejemplo, quienes se dedican al yoga pueden convertirse en instructores y, con algo de suerte, los artistas y los escritores podrían llegar a ganar dinero con sus obras.
Para encontrar el hobby más adecuado hay que explorar los intereses propios y enfocarse en aquello que siempre te llamó la atención. Otra forma consiste en probar actividades totalmente nuevas.
Muy importante: evitar la búsqueda de la perfección porque un hobby siempre debe ser una actividad recreativa, para realizar sin presiones.