No hay duda de que la siniestralidad en nuestras calles es una verdadera epidemia moderna.

Se insiste en controlar la velocidad y la alcoholemia, lo cual es fundamental, pero muchas veces se hace con un mero afán recaudatorio y sin una estrategia integral.

Existen herramientas eficaces que ya están disponibles y no requieren inversión adicional, como la regulación inteligente de semáforos según horarios y flujo de tránsito.

También es imprescindible hacer cumplir las normas a motociclistas y ciclistas, promover el respeto de las velocidades según el carril de circulación y recordar que la izquierda es para sobrepaso.

Del mismo modo, los peatones deben respetar los semáforos y los cruces habilitados.

Todo esto exige una campaña de educación articulada, que comience en la edad escolar y utilice las multas sólo como último recurso. La omisión de las autoridades en este tema las hace responsables de tantas muertes evitables.

Es hora de dejar la improvisación y la hipocresía: estudien cómo han abordado el problema otros países y contraten expertos con credenciales comprobadas.

La seguridad vial no puede seguir dependiendo de la desidia.

Enrique Tirso Vidal Bazterrica / evidalbazterrica@gmail.com

Como consecuencia de la magra economía en gran parte de la sociedad, pululan las ofertas de comercios, tarjetas de crédito y débito, billeteras virtuales, etc. Grandes ventajas para los consumidores, pero, en este caso es la falta de claridad.

El banco no hace un reintegro, la billetera virtual lo imita, las ofertas del supermercado no entran en el descuento, hay un tope de reintegro o descuento, etc. Entonces uno reclama, si logra que lo atiendan en el 0 800, le explican que debe leer las aclaraciones respectivas de cada convenio. Es decir, la letra chica, que de tan chica es ilegible, por lo tanto no aclara nada. Sugiero que las reglas sean más legibles y claras, para saber a qué atenernos. Lo mismo sucede cuando por radio leen muy rápido dichas aclaraciones. Si pretendemos ser un país serio y progresista, comencemos dejando de lado estas chicanas. Respetémonos y seremos respetados.

Adolfo R. Ortiz / adolfoortiz27@yahoo.com.ar

La serie éxito mundial de Netflix,.es un golpe al hígado a todos los que creemos que sabemos todo, y más con los adolescentes.

En la serie el hijo de un inspector policial le tiene que explicar al padre qué está pasando, porque “te veo perdido”, le dice, y la verdad que no solo el padre estaba perdido, lo estaban los maestros, los estaban los padres del chico de 13 años acusado de asesinar a una compañera, todos estábamos perdidos en este mundo adolescentes.

La serie interpela de forma brillante a toda la sociedad y nos deja desnudos ante los adolescentes. Es obligado verla por quién tenga adolescentes en su entorno, que como padre se haga la pregunta “¿por qué a mí no me puede pasar?”, porque los padres de éste chico creyeron que habían hecho lo mejor.

Hoy, Argentina vive una violencia juvenil sin precedentes, mejor que actuemos rápido, sino los casos como marca la serie, serán de todos los días.

Darío Díaz / dariodiazalb@gmail.com

Finalmente, el pronóstico agorero de Raphinha (“les daremos una paliza dentro y fuera de la cancha”) no se cumplió. Lejos de eso, tuvo efecto contrario sobre una selección brasileña que, apabullada por la argentina, debe de haber extrañado -como nunca- las proezas de Pelé y las maravillas del Brasil del ‘70.

Fueron cuatro goles y pudieron ser muchos más de no haber mediado la intervención de Bento, arquero suplente del alicaído “scratch”. En el espíritu futbolero de cada simpatizante local fue inmenso. Por 90’ ocultó su divisa partidaria y lució, hermanado y orgulloso, la celeste y blanca. Lamentablemente, en La Plata, otros hinchas, de Gimnasia y Estudiantes, desataron su barbarie y asolaron las cercanías de un hospital. Nada menos. Sin motivos deportivos mediante, expusieron una realidad que daña y avergüenza pero que, sin duda, no logrará doblegar el fervor de los genuinos amantes del fútbol.

Alejandro De Muro / demuroalejandro4@gmail.com



Fuente Clarin.com

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *