Los operadores financieros del mercado local opinan casi al unísono: el impacto del,“escándalo cripto” generado a partir de la difusión de la criptomoneda $LIBRA por parte del presidente Javier Milei ya quedó atrás.
Quieren creer que la caída del lunes y martes de acciones y bonos fueron las mayores consecuencias, pero que la recuperación posterior les permite estar más aliviados, aunque siguen atentos a la tasa del riesgo país, que superó los 700 puntos.
¿Esperaban algo más concreto de Kristalina Georgieva después de reunirse con el Presidente Milei?
La titular del FMI volvió a elogiar el plan de estabilización argentino que “está dando resultados significativos” pero insistió en un conocido “nuestros equipos siguen trabajando en forma constructiva en un nuevo programa”.
Ese nuevo programa, como ya lo adelantó el ministro Luis Caputo, contemplará fondos frescos (¿US$ 11.000 millones?) y un “nuevo régimen cambiario”.
Desde Economía se apuran a asegurar que ese nuevo régimen para el dólar (¿con bandas de flotación?) no se aplicará en forma inmediata a la aprobación del FMI sino en el momento en que puedan apostar con chances de acotar un posible salto cambiario.
Para el mercado, la superación del criptogate estuvo en que el jueves el Banco Central pudo volver a comprar reservas aunque todavía era borroso el dato de cuántos dólares había destinado a intervenir en el mercado cambiario.
Garantizar el dólar quieto en medio del vendaval desveló al presidente del Banco Central Santiago Bausili quien, además, tomó la decisión de ampliar el horizonte para los préstamos en dólares.
El Central finalmente accedió a un reclamo que desde hacía tiempo venían formulado los bancos privados nacionales, que es autorizar los créditos en dólares para tomadores que no generen divisas enfrentando el riesgo del descalce de monedas.
Ahora los bancos podrán ofrecer préstamos en dólares pero no con el dinero de los depósitos, sino con fondos propios o provenientes de la colocación de obligaciones negociables.
¿Un paso hacia la dolarización del crédito? Los operadores se muestran prudentes y consideran que esas operaciones estarán limitadas a empresas que puedan garantizar estar en condiciones de afrontar el riesgo cambiario.
Mientras tanto, y en la vida cotidiana, el próximo 28 entrará en vigencia la posibilidad de pagar consumos con dólares o con tarjetas de débito para lo cual los consumidores deberán tener las divisas en la caja de ahorro.
Mientras se abren ventanas para créditos y consumo en dólares, se encienden luces amarillas por el lado de los pesos.
Los bancos asisten a un aumento consistente de la demanda de préstamos y los depósitos lo hacen a un ritmo considerablemente menor, con lo que el paso siguiente sería un aumento de la tasa de interés que, en estos días, ya supera a la inflación y al dólar.
La tasa de los depósitos mayoristas (TAMAR) está en 34,38% anual, un 2,87% mensual que le ganó al 2,2% de suba del costo de vida de enero y al 1% de aumento previsto en el dólar oficial para febrero.
El tema de la escasez de pesos lo trata el último informe de la consultora 1816 que dice lo siguiente: “Al ritmo que viene creciendo la demanda de dinero y la expansión del crédito en moneda local, salvo que la gente se acostumbre rápido a hacer sus transacciones cotidianas con dólares, hablamos de pocos meses para que el stock fijo de pesos pase a ser un problema importante para la macro por la presión al alza de las tasas de interés reales”.
También se pregunta si el Gobierno podrá, con el acuerdo con el FMI, acelerar “la idea de avanzar hacia lo que se llama la dolarización endógena”.
¿Está llegando el momento adelantado por Milei y Caputo en el que los argentinos venderán sus dólares para hacerse de pesos y así pagar sus consumos de todos los días?
La apuesta parece seguir en pie, incluso para contrarrestar los posibles coletazos de un cisne negro distinto por tratarse de memes y criptomonedas, un origen nuevo para las crisis de los gobiernos argentinos.
Pero faltan dólares, presumiblemente los del FMI, porque la posibilidad de bajar la tasa de riesgo país y acceder al financiamiento del mercado internacional se volvió a alejar en la semana.