Este domingo 23 de marzo, a partir de las 16:04 (13:04 en Argentina) los icónicos anillos de Saturno parecerán “desaparecer”.

Y, al menos desde el punto de vista de nuestro planeta, se mantendrán así durante al menos un par de días. Esto sucedió por última vez en 2009 y ocurre cada 13 o 15 años.

Los anillos en realidad no desaparecerán, pero por este corto tiempo, el ángulo entre la Tierra y Saturno creará algo así como una ilusión cósmica, haciendo que los anillos del planeta parezcan invisibles desde la Tierra.

Una vez que los anillos desaparezcan de nuestra visión, Saturno se verá como una esfera de color amarillo pálido en la mayoría de los telescopios. Una sutil línea podría ser visible alrededor del centro del planeta, pero solo a través de los equipos más potentes.

La razón por la que esto ocurre tiene que ver con las inclinaciones específicas de ambos planetas.

Ocurre que el eje de Saturno está inclinado 26,73 grados desde la vertical mientras orbita el sol, lo que es similar a la inclinación de 23,5 grados de la Tierra, según la NASA.

Así, a medida que cada planeta gira sobre su eje y orbita el sol, la apariencia de Saturno, incluidos sus anillos, puede diferir cuando se ve a través de telescopios u observatorios de alta potencia en la Tierra.

Ocasionalmente, el ángulo de inclinación de Saturno hacia la Tierra gira los anillos con precisión, haciendo que parezca que las bandas delgadas se han ido.

“Literalmente casi desaparecen”, dijo Sean Walker, editor asociado de Sky & Telescope, una revista mensual sobre ciencia y astronomía amateur.

Y detalló que: “Normalmente vemos los anillos alrededor de Saturno, pero cuando tenemos una vista de borde, parece una línea de luz muy fina que acaba de cruzar”, explicó.

Los anillos de Saturno son una de las características más distintivas del planeta y han fascinado a los científicos desde su descubrimiento.

Están compuestos principalmente de hielo de agua, junto con pequeñas partículas de roca y polvo. Se cree que son restos de cometas, asteroides o lunas fragmentadas , destrozadas por la poderosa gravedad del planeta, destacan desde space.com.

Si bien estos anillos, suman desde el portal especializado, se extienden a lo largo de 273.600 kilómetros (170.000 millas), su grosor es de tan solo 10 metros (30 pies), lo que los hace parecer delgados y tenues desde cualquier ángulo.

La observación de fenómenos como la desaparición de los anillos de Saturno no solo es fascinante desde un punto de vista visual, sino que también ofrece una oportunidad para la investigación científica.

Los expertos pueden usar estos eventos para estudiar la composición, estructura y comportamiento de los anillos, así como para mejorar nuestra comprensión de la dinámica de los planetas y sus sistemas.

Además, Saturno tiene 146 lunas conocidas hasta el momento. Entre ellas, se encuentran Mimas, Encélado, Tetis, Titán, Rea y Jápeto. Y una de esas lunas, que se llama Titán, tiene incluso su propia atmósfera, lo que es muy poco común para una luna.

Con información de la agencia ANSA y space.com.



Fuente Clarin.com

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