En algunos campos ganaderos se probó el pastoreo intensivo con alta carga instantánea y alambrado eléctrico y se enfrentaron problemas de pérdidas de potencia, insuficiente descarga eléctrica, mucho trabajo para armar las parcelas, etc., que generan desaliento en el personal que debe trabajar diariamente con ellas y los lleva a volver sobre sus pasos. Generalmente, esa situación se da por una incorrecta planificación del sistema, que exige prestar atención a distintas variables que interactúan simultáneamente.

En la planificación del tendido de un alambrado eléctrico hay que tener en cuenta cuatro factores principales: la elección correcta del equipo, la adecuada conducción de la electricidad, el material y las dimensiones de la toma de tierra y la elección de los accesorios. “Para lograr una electrificación eficiente son necesarios los cuatro aspectos, porque si yo tengo el mejor equipo, pero si hago mal la conducción o tengo una incorrecta toma de tierra no funcionará bien por más potente que sea” advirtió Guillermo Azpiroz Costa, un especialista en el tema, que habló en una reciente reunión organizada por Select Debernardi.

Elección del equipo

Como en cualquier artículo comercial, en electrificadores hay equipos de distinta calidad y prestaciones. Azpiroz Costa dijo que “normalmente la gente pide el equipo que efectúe la mayor descarga, una patada fuerte”. Sin embargo, advirtió que “lo que se debe tener en cuenta es que la potencia debe estar dimensionada en función del establecimiento donde va a funcionar; no necesariamente tiene que ser máxima siempre”. Los requerimientos de un campo de 10.000 hectáreas son distintos a los de uno de 400.

Luego dijo que “para decidir qué equipo comprar, es importante definir el radio de acción, es decir, la mayor distancia que va a haber desde el lugar donde va a estar instalado el boyero y los lotes que se electrificarán”. El radio de acción es la línea recta entre esos dos puntos. Entonces, es importante elegir un equipo con un radio de acción suficiente para el establecimiento donde será instalado. No obstante, alertó que “hay que tener en cuenta que el radio de acción es variable y depende de dónde se instalará el equipo: no es lo mismo ponerlo en una isla de Entre Ríos, con suelo permanentemente húmedo, que en el oeste arenoso de Buenos Aires con tierra seca, porque la conducción de la electricidad en cada tipo de suelo es distinta”.

Para aprovechar mejor el radio de acción, será conveniente ubicar el electrificador en el medio del campo. siempre y cuando esté cerca del casco o de un puesto; es decir, se debe centralizar la instalación del equipo lo más que se pueda. Sin embargo, si eso no es posible porque en el centro del campo hay una laguna, por ejemplo, habrá ocasiones en que será más conveniente poner dos equipos medianos en vez de uno más potente y dividir la superficie como si fueran dos áreas separadas.

La conducción de la electricidad en cada tipo de suelo es distintaLa conducción de la electricidad en cada tipo de suelo es distinta

Un interrogante frecuente es si es mejor un equipo alimentado con paneles solares o con 220 volts. Aspiroz Costa prefiere la segunda alternativa, porque también permite que funcione a batería. Donde sea posible, aconseja equipos de 220 volts con potencia holgada en vez de tener muchos equipos solares de menor potencia repartidos en todo el campo.

Finalmente, siempre hay que verificar la composición y estructura del equipo. “Entre uno de mayor precio y uno barato hay diferencias cuando se destornilla la carcasa; los componentes que generan la descarga eléctrica son distintos”, alertó el experto.

Toma de tierra, la clave

La función de la toma de tierra es absorber el río de electricidad subterránea que viene desde el lugar donde se instaló el equipo. La electricidad viaja desde el electrificador por el alambre, toca el animal, se descarga por las cuatro patas y esa electricidad viene en forma subterránea en dirección hacia la toma de tierra. Entonces, la toma de tierra tiene que absorber ese río subterráneo y dirigirlo al equipo para que cierre el circuito.

Si la toma de tierra es insuficiente, con varillas cortas, de hierro oxidado, como pueden ser las de alambrado eléctrico usadas, no funciona bien. “El óxido es en el hierro como una arterioesclerosis en la circulación de la sangre de las personas: interrumpe la circulación del río eléctrico que se debe generar con el electrificador”, graficó. Es decir, “la toma de tierra es un aspecto importantísimo en la instalación del alambrado eléctrico y en el 80% de los campos que visito está mal diseñada”, insistió Azpiroz Costa.

Para hacer una buena toma de tierra no sirven las jabalinas de cobre porque se sulfatan y pierden conductividad. Son mejores los caños galvanizados de 1 pulgada y media o 2 pulgadas enterrados por lo menos 1 metro y medio. “Sesenta centímetros no sirven para nada porque la electricidad viaja más en profundidad que en superficie”, aclaró. La cantidad de jabalinas por instalar va a depender del equipo, de la instalación y del tipo de suelo del campo.

Para probar la efectividad de la toma de tierra, se debe apagar el equipo, tomar un caño o una varilla de hierro y desplazarse 40 metros, enterrarlo 50cm y conectarlo con el vivo. Luego se enciende el electrificador y se mide con un voltímetro digital el valor en la jabalina. Debería dar menos de 0,35. Si es mayor significa que la toma de tierra es ineficiente y que hay que poner más jabalinas. Aspiroz Costa advirtió que “la toma de tierra es algo dinámico y que hay que controlarla cada año y medio o dos años”.

Conducción de la electricidad y accesorios cierran el circuito

Efectuado el diseño de la instalación, hay que usar el alambre de mayor sección posible haciendo el menor recorrido posible. Azpiroz Costa enfatizó que “hay que estar sobredimensionados en el calibre de los conductores”.

En la instalación se pueden poner llaves de corte que sirven para no electrificar todo el campo, sino los potreros que donde va a estar la hacienda cada vez.

En el mercado hay gran variedad de aisladores, en cuanto a diseño y precios. Se deben elegir los de calidad, con buen diseño y material, en consonancia con el equipo, la conducción y la toma de tierra. Hay que comprar los que aseguran mayor duración y descartar los aisladores “caseros”, como huesos, corchos de plástico de botellas de sidra, nylon, manguera, etc. que generan pérdidas de potencia. Se ahorra muy poco con estos aisladores y se corre el riesgo de que una tropa de novillos ingrese a una pastura empastadora y muchos animales se mueran hinchados. También son necesarios los voltímetros digitales y los buscadores de fallas, que permiten detectarlas sin tener que recorrer toda la instalación para encontrar el aislador colapsado.

Medidor de voltaje y amperaje en el alambradoMedidor de voltaje y amperaje en el alambrado

Sobre el electro piolín, Azpiroz Costa recordó que sirve para segmentar las parcelas. También hay que buscar los de buena calidad y marca reconocida. “Cuantas más hebras metálicas tengan, por ejemplo, 30, mejor”, resaltó. Con este material se pueden hacer tiros de hasta 500-700 metros, sin perder amperaje y manteniendo la efectividad de la descarga eléctrica.

En síntesis: la puesta en marcha de un sistema de aprovechamiento intensivo de pasturas con alambre eléctrico exige una correcta planificación previa, tanto en la elección del equipo como en el diseño de la instalación. No es conveniente dar por sabido nada en el personal que lo gestionará, que también debe recibir los manuales y la debida capacitación previa a su utilización.



Fuente Clarin.com

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