El Gobierno pagó el lunes $ 4,3 billones por los vencimientos de deuda en pesos que no pudo renovar en la última licitación. La lectura predominante en el mercado es que los bancos optaron por billetes en lugar de comprar los bonos del Tesoro para hacerse de “cash” el último día de junio, en medio de la demanda de liquidez para el pago de sueldos y el aguinaldo y las dificultades para expandir el crédito privado.

Durante la subasta del miércoles pasado, el Tesoro colocó deuda por $ 6,1 billones y cubrió solo el 60% de los vencimientos totales de $ 10,4 billones. Como resultado este lunes, el Gobierno tuvo que cancelar el 40% que no pudo refinanciar y usar los pesos de su cuenta corriente del Banco Central, fondeada con lo obtenido en licitaciones previas y las utilidades de mayo (por un efecto contable) que el Banco Central transfirió al Tesoro.

En ese marco, desde Economía confirmaron que se liquidó la licitación pasada y que “el Tesoro devolvió pesos ya emitidos contra cancelación de deuda producto del exceso en la demanda de pesos”. Según el equipo de Luis Caputo, los pesos que devuelven no generan inflación porque se alcanzó el “punto Anker”, que es cuando los pesos son demandados a través del crédito para darle “combustible” a la economía en un marco de restricción monetaria.

“El pago de aguinaldos y la proximidad de las vacaciones hace que los bancos tengan mayor liquidez por sobre los cambios en la política monetaria. En ese sentido, los pesos que se liberan hoy probablemente sigan circulando por un tiempo, las tasas de interés pueden llegar a bajar un poco pero los bancos se están manejando con bastante cautela”, dijo Lucio Garay Méndez, economista de EcoGo.

Pese a la recuperación de la actividad, los economistas observan cierta ralentización de los préstamos al sector privado en mayo y junio. Según LCG, los préstamos personales crecieron 4,4% mensual, cuando en diciembre lo hacían al 11,8%. “Los préstamos al sector privado en pesos continuaron creciendo, si bien moderaron su ritmo de expansión mensual“, reconoció el Banco Central en su informe sobre mayo.

Cada vez es más complejo seguir estimulando el crédito, cuando los depósitos no crecen a la par. Cuando no entrás a la licitación de deuda, esta es una forma de ampliar la emisión monetaria que hacemos los bancos, no renovás y lo utilizás para un crédito o un préstamo. Tenemos problemas grandes de iliquidez, es sistémico, el control de agregados monetarios mata la inflación”, advirtieron en un banco.

El efecto colateral del esquema actual es que para reducir la inflación y mantener un dólar “barato” exige una política monetaria más restrictiva. Cuánto más bajo el dólar, se necesita una tasa más alta para que los pesos rindan y evitar que se vayan al dólar. Así, se encarece el dinero y un crédito personal pueden implicar un costo financiero total de hasta 200% anual, lo que enfría la economía.

“En junio, (el crédito) siguió creciendo, pero cada vez lo hace a una tasa menor. Algunos segmentos de préstamos a empresa y al consumo ya muestran debilidad. Esto también se empezó a ver en la morosidad y los cheques rechazados, que si bien siguen en niveles históricamente bajos, empezaron a repuntar. Con tasas de interés muy positivas, las deudas no se licúan, y los bancos empiezan a ponerse más selectivos a la hora de otorgar préstamos”, dijo un informe de Econviews.

La otra cara del esquema de tasas altas es el costo mayor que tiene que pagar el sector público para financiarse con la emisión de bonos. La consultora 1816 destacó la colocación de títulos de de corto plazo el miércoles pasado con tasas efectivas mensuales del 2,82% y 2,84%, por encima de su rendimiento en el mercado secundario (2,74% y 2,65%, respectivamente) y casi 1 punto arriba de la inflación prevista para junio (de alrededor del 2%).

Por último, los analistas tampoco descartan que la demanda de pesos pueda obedecer a una eventual dolarización. “Lo primero que pensé al ver los pesos que quedaron afuera de la licitación fue que una parte podía ser “punto Anker”, pero creo que otra parte va a a ir a convalidar un dólar más alto. Con la última emisión de Bopreal, las empresas que lo compraron convalidaron un tipo de cambio de $ 1.400“, dijo Javier Casabal, jefe de investigación de AdCap.



Fuente Clarin.com

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