Con respecto al proyecto que el Gobierno está estudiando sobre la actividad inmobiliaria, me parece muy positivo. Vender un departamento para comprar otro, tiene un costo en gastos que considero obsceno y evitable.
En primer lugar, las inmobiliarias toman como normal cobrarle una comisión tanto al comprador como al vendedor.
Pasan por alto una violación al principio de la “oposición de intereses”, vigente en cualquier profesión. Sería lo mismo que un abogado represente a ambas partes en un litigio.
El profesional inmobiliario debería limitarse a cobrar exclusivamente a quien solicita sus servicios, generalmente el vendedor de un inmueble.
El comprador no contrata ni pacta recibir servicio alguno de estos profesionales a los que recién conoce en la firma de una seña.
En segundo lugar, están los escribanos, donde su intervención en muchos actos civiles y comerciales es obligatoria. Se debería evaluar, que las personas “podrían” y no “deberían” contratar a un escribano.
Si compro o vendo un inmueble, debería existir la opción de instrumentar el acto entre las partes e inscribirlo en el Registro de la Propiedad, algo similar a lo que se hace con los bienes registrables como un automotor. El que quiera optar por recibir los beneficios de las escribanías, que lo haga, está en su derecho. El mismo que tendrían los que quieran soslayar a esos profesionales, asumiendo los eventuales riesgos que esto podría conllevar. Se llama libertad de optar o de elección.
Vicente Casado Arroyo / vcasado.a@gmail.com
“Convencer a Caputo, y que deje de ser monotributista”
Vi la foto del Presidente festejando la afiliación del asesor Santiago Caputo a su partido LLA. Quizás, ahora puedan convencer a Caputo para que sea un funcionario obligado al Código de Ética y deje de ser un monotributista que terceriza las instrucciones de la Presidencia dando instrucciones al Congreso y a muchos organismos del Estado.
Agregaríamos cierta normalidad al funcionamiento del “triangulo de hierro”.
Pablo Marsal / pastorino.hector1@gmail.com
El valor del dólar y “preservar su rentabilidad”
Más allá de los retóricos discursos, con habituales desacreditaciones para quienes piensan en contrario, del Presidente de la Nación y su ministro de Economía sobre el valor actual de la moneda estadounidense, cabría que ambos dieran una explicación coherente sobre la forma en que deben preservar su rentabilidad los empresarios cuyos productos deben ser exportados en dólares a cotizaciones prácticamente constantes, mientras que deben afrontar sus costos en pesos de mano de obra, insumos, servicios públicos, impuestos y tasas a valores crecientes.
Como la permanencia en el tiempo de tal ecuación inequitativa conduce a un único resultado, que es la quiebra del negocio, sería oportuno que el Gobierno reflexionara sobre la realidad, por sobre cualquier hipotético razonamiento catedrático o teoría económica.
Oscar Edgardo García / osedgar@yahoo.com
“Los delincuentes son los únicos privilegiados”
Vivimos en una época donde comprar un arma se hace complicado y además muy costoso por la tramitación que conlleva. Antes existían armerías donde se podían adquirir de primera y segunda mano, y además venderlas usadas .
Los delincuentes, en cambio, tienen de todo tipo y calibre, y picanas en algunos casos.
Antes se compraban legalmente prestando la documentación, se iba a la comisaría, se declaraba y se terminaba el trámite.
O sea que, en estos momentos donde circula tanta inseguridad, los únicos privilegiados son los delincuentes que no se por qué magia obtienen y andan con armas de todo tipo y calibre.
La sociedad cada vez más indefensa.
Mario Conti / cmario1934@gmail.com