Es casi un hábito pensar que durante las vacaciones lo mejor es dejar el auto estacionado y olvidarse de manejar por unos días. Pero esta costumbre, que aparenta ser cómoda y económica, esconde una realidad que pocos conocen: un auto parado por mucho tiempo puede sufrir daños silenciosos capaces de sorprender hasta al más prevenido.

Es cierto que un vehículo no necesita estar en constante movimiento para mantenerse en condiciones, pero tampoco puede permanecer inmóvil por mucho tiempo sin consecuencias. Lo que parece un ahorro al principio podría terminar costando caro, y los expertos advierten sobre ciertas precauciones a tomar antes de abandonar tu auto en el garaje durante las vacaciones.

Un vehículo detenido durante varias semanas o meses enfrenta diversos riesgos que afectan principalmente sus componentes mecánicos y eléctricos. El primer y más común inconveniente es la descarga completa de la batería, que sucede por la falta de uso constante del auto. Esto podría generar gastos imprevistos al momento de querer volver a utilizarlo.

Además, los neumáticos también sufren cuando el auto está quieto demasiado tiempo. El peso constante sobre un solo punto provoca deformaciones en las cubiertas y pérdida de presión, algo que suele pasar desapercibido hasta el momento de volver a rodar.

Otro problema habitual es el desgaste acelerado de piezas como mangueras, juntas y componentes plásticos, que se resecan y deterioran más rápido si el vehículo queda expuesto al sol o al calor extremo.

Si no te queda otra opción que dejar el vehículo detenido durante las vacaciones, los especialistas recomiendan seguir ciertas pautas para minimizar los daños. Primero, es clave encenderlo y dejarlo funcionando al menos una vez a la semana por 10 o 15 minutos para mantener activa la batería y asegurar que el motor se lubrique correctamente.

También es recomendable revisar y mantener los niveles de aceite, líquido refrigerante y líquido de frenos ligeramente por encima de lo habitual, para compensar posibles pérdidas por evaporación. Cubrir el auto con una funda protectora también es una medida efectiva para evitar daños por exposición directa al sol o polvo acumulado.

Finalmente, tras regresar de vacaciones, es aconsejable llevar el auto a una revisión técnica exhaustiva para detectar y solucionar cualquier daño que haya podido ocurrir mientras estuvo guardado. Así, no solo evitás gastos mayores, sino que asegurás un funcionamiento óptimo y seguro del vehículo al volver a la rutina.



Fuente Clarin.com

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