Podríamos ser pesimistas, es bastante fácil, y recordar la síntesis que hizo Luis Raúl García, especialista en abejas y docente de la Facultad de Zootecnia y Ecología de la Universidad Autónoma de Chihuahua, en México, hace unos años: “sin las abejas, en un aproximado de 5 años el planeta se quedaría sin vida”.
O, por el contrario, tener una mirada menos negativa y tratar de no rememorar esa cita. Sea como fuera, lo cierto es que algo pasa con las abejas. Y no es bueno. Porque tiene a muchas personas muy preocupadas.
En Estados Unidos, por caso, las muertes de abejas alcanzaron niveles récord. Con una pérdida de colonias sin precedentes que lleva a muchos apicultores al borde de la ruina y a los científicos a preocuparse porque no logran identificar la causa de las enormes disminuciones.
El dato surge de una encuesta, que aún está en curso, del Proyecto Apis m., que cubre más de dos tercios de las abejas gestionadas de Estados Unidos.
La encuesta da cuenta de que los apicultores perdieron más del 60% de sus colonias, en promedio, durante el último invierno en el Hemisferio Norte.
Esta enorme tasa de disminución es mayor que las reducciones récord observadas el año pasado y está camino de ser la “mayor pérdida de colonias de abejas en la historia de Estados Unidos”, según Scott McArt, profesor de entomología en la Universidad de Cornell.
McArt dijo que la extraordinaria tasa de pérdida se hizo evidente durante el movimiento masivo de colmenas de abejas este invierno a California para polinizar la vasta cosecha de almendras allí.
Las abejas melíferas, aunque introducidas en Estados Unidos, se han vuelto vitales para el sistema agrícola al polinizar la mitad de todos los cultivos, incluyendo manzanas, bayas, calabazas, melones y cerezas. Los apicultores tienen cada vez más dificultades para mantener el número de abejas necesario para realizar esta labor.
“Algo realmente malo está sucediendo este año”, aseguró McArt. “Hemos visto grandes pérdidas año tras año, pero la situación está empeorando, lo cual es preocupante”, agregó.

“En algunos lugares se están produciendo pérdidas devastadoras y este año hubo un déficit de polinización en algunos huertos de almendros. Queda por ver si estos impactos se extenderán a otros cultivos; sin duda, es posible”, añadió.
Las últimas pérdidas de abejas se estiman en 139 millones de dólares y se producen cuando el precio de la miel ha subido un 5 % debido a una caída en la producción. Muchos apicultores tienen dificultades para absorber estas pérdidas, y algunos han cerrado definitivamente su negocio.
“Se acabó todo”, declaró un apicultor en respuesta a la encuesta del Proyecto Apis m. “Se acabó el capital de la casa, se acabó nuestra jubilación, se acabó el dinero del familiar. Solo quedan cajas vacías. Ni siquiera tenemos las abejas muertas. Ellas también se han ido”.
Una parte de una colonia suele perecer durante los meses más fríos del invierno, pero esta tasa de pérdida solía ser de tan solo un 10% o un 20% hasta hace unas dos décadas, cuando comenzó a manifestarse en un fenómeno denominado “Problema de colapso de colonias”, en el que las colonias desaparecen por completo o mueren. Actualmente, normalmente se pierde la mitad de las colonias en promedio.
Los científicos constataron que la crisis climática, la pérdida de hábitat y el uso de pesticidas afectaron gravemente a todas las abejas, la gran mayoría de las cuales en Estados Unidos son 4.000 especies nativas y silvestres.
Para las abejas melíferas criadas, la falta de nutrición, las malas prácticas de manejo y la infestación generalizada de ácaros varroa (un tipo de parásito) y otras enfermedades también han tenido consecuencias.
La pérdida de abejas, tanto cautivas como silvestres, en Estados Unidos ya está empezando a limitar el suministro de algunos cultivos alimentarios y está reduciendo la producción de miel .
Esta disminución forma parte de una crisis más amplia en el mundo de los insectos, donde las especies están desapareciendo a un ritmo alarmante . Los investigadores advierten que la pérdida de insectos pone en peligro funciones básicas de la vida en la Tierra, como la producción de alimentos, la floración de las plantas y la gestión de residuos.
El último salto récord en las pérdidas de abejas está siendo investigado por el personal del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, que está analizando las abejas, la cera y el polen para determinar si los parásitos y los virus son los culpables de las muertes.
Sin embargo, los recortes de personal por parte de la administración de Donald Trump han obligado a la Universidad de Cornell a intervenir y asumir las investigaciones adicionales necesarias para determinar si las muestras han sido afectadas por pesticidas. Pasará aproximadamente un mes antes de que los científicos tengan una idea más clara de las principales causas de las últimas pérdidas.
“No hay un solo factor que afecte a las abejas, pero estamos tratando de determinar cuáles son los factores de estrés más importantes en este momento”, dijo McArt. “Hay sospechas de muchas cosas en este momento; deberías revisar mi bandeja de entrada ahora mismo. Hay teorías sobre la posible participación de un nuevo virus, pero tenemos que recopilar los datos. No podemos descartar nada en este momento”.
La pérdida récord de abejas melíferas sigue a las cifras publicadas el año pasado que muestran que, por el contrario, ahora hay un número récord de colonias de abejas melíferas en los EE. UU.: 3,8 millones, alrededor de 1 millón más que cinco años antes.
Esto se debe a que cada vez más gente se interesa por la apicultura, lo que significa que se están dividiendo y creando más colonias, explicó McArt. “Eso está aumentando el número de colonias, pero no significa que les vaya bien”, añadió.
“Las tasas de pérdida de colonias están aumentando, si cabe, a pesar de que estamos aportando más recursos al sistema. Otro punto importante es que tenemos muy buena evidencia de la disminución de la distribución e incluso la extinción de polinizadores silvestres, que nadie está controlando”.
“Comparar abejas melíferas y abejas silvestres es como comparar un pollo con un pájaro carpintero. Eso no significa que las abejas melíferas, que forman parte de la agricultura como los pollos, no sean hermosas. Traen mucha alegría a la gente y sin su polinización de los cultivos no nos iría nada bien”, cerró.