Las dietas que surgen como modas pasajeras y prometen bajar de peso en poco tiempo son cosa del pasado. Cada vez más personas eligen hábitos alimentarios respaldados por la ciencia, que promueven una salud integral y sostenible.

Los expertos coinciden en que las mejores opciones son las dietas que ofrecen beneficios a largo plazo, combinando un criterio equilibrado y accesible para todos. Estas dietas no solo buscan mejorar el bienestar físico, sino también prevenir enfermedades crónicas y fomentar hábitos saludables.

Así, por ejemplo, recomiendan dietas con un enfoque en la salud cardiovascular, con efectos positivos en la presión arterial, y que mejoren la calidad de vida. También, aquellas beneficiosas para el medio ambiente.

A medida que la ciencia de la nutrición avanza, las dietas se centran cada vez más en mejorar la salud general y prevenir enfermedades crónicas.

“En lugar de enfoques restrictivos y temporales, los expertos recomiendan patrones alimenticios equilibrados que favorecen una vida saludable y sostenible a largo plazo”, indica el sitio español Info Salus.

Aquí, las tres mejores dietas para 2025, según los expertos:

Esta dieta, desarrollada inicialmente por científicos del Centro de Investigación Biomédica Pennington, de Estados Unidos para combatir la hipertensión, está incluida en el ranking de US News & World Report como la segunda mejor dieta general y la mejor para la salud cardiovascular.

La dieta DASH promueve el consumo de alimentos ricos en nutrientes esenciales, como frutas, verduras, granos integrales, lácteos bajos en grasas y proteínas magras, al tiempo que limita la ingesta de sodio, azúcares añadidos y grasas saturadas.

Este enfoque no solo ayuda a reducir la presión arterial, sino que también reduce el riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares.

Tiene beneficios comprobados para la salud cardiovascular, la longevidad y el bienestar general, explica la Fundación Española del Corazón. Inspirada en los hábitos alimenticios de las regiones costeras de Italia y Grecia, pone énfasis en el consumo de aceite de oliva, frutos secos, pescados grasos, frutas, verduras, legumbres y cereales integrales.

Esta dieta es rica en antioxidantes y ácidos grasos omega-3 que contribuyen a reducir la inflamación y mejoran la salud del cerebro y el corazón. “Mantener una buena alimentación puede llegar a reducir hasta un 30% el riesgo de enfermedad cardiovascular y disminuir hasta un 70% las probabilidades de volver a padecer esa patología”, advierte la entidad española.

Su enfoque en la comida fresca y natural, junto con la moderación, la convierte en una opción accesible y fácil de seguir durante toda la vida.

También ha ganado popularidad, especialmente por su capacidad para promover la salud general, prevenir enfermedades crónicas y contribuir con el control de peso. Esta dieta se centra en alimentos de origen vegetal, ricos en fibra, como frutas, verduras, legumbres, granos integrales, nueces y semillas, mientras limita o elimina los productos de origen animal.

Las personas que siguen una dieta plant-based tienen un menor riesgo de sufrir enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2, enfermedades del corazón y ciertos tipos de cáncer. Además, la World Wildlife Fund (WWF) estima que una dieta basada en plantas puede reducir la emisión de gases de efecto invernadero en hasta un 40%, lo que la convierte en una opción más sostenible para el planeta.

Los expertos también destacan que una dieta basada en plantas puede ser beneficiosa para la salud mental, mejorando el estado de ánimo y reduciendo la ansiedad. Además, debido a la alta concentración de nutrientes esenciales puede influir en la salud del cerebro y reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.



Fuente Clarin.com

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