El Torneo Apertura en modo de copa ha despertado polémicas varias por la cantidad de equipos que lo disputan (tantos como en ninguna otra liga top del mundo) y por el formato de la competición. Se ha analizado largamente si la competitividad sale fortalecida o no ante la excesiva presencia de clubes en Primera División. Tal vez una de las respuestas más contundentes sea la que otorga sin decirla en voz alta el entrenador Lionel Scaloni, quien opta por no citar a futbolistas del ámbito doméstico para la Scaloneta. Pero existe algo que no se puede negar: la Liga Profesional se vuelve apasionante en los cruces mano a mano. Un dato no menor es que los estadios estuvieron repletos en los octavos de final. Y lo estarán también en los duelos de cuartos, en los que, se presume, los locales tienen una leve ventaja.
¿Ratificará su momento River o Platense dará otra sorpresa? ¿El Boca de las presiones y de los murmullos podrá ante el interesante Independiente de Julio Vaccari? ¿Argentinos tendrá la llave para vencer al sabio Miguel Ángel Russo, que está haciendo milagros con San Lorenzo? ¿Rosario Central prolongará contra Huracán sus números implacables en el Gigante de Arroyito?
En silencio y lejos de los flashes porteños, el Rosario Central de Ariel Holan completó una sublime primera parte de año: el Canalla juega bien y gana. No brilla, es verdad, pero sabe muy bien como ejecutar un ofensivo 4-2-3-1. Además, de local es imbatible: ganó los 8 partidos que disputó en el Gigante de Arroyito; anotó 16 goles y le marcaron apenas 4. Los rosarinos tienen otra cosa a favor: no compiten a nivel internacional por lo que solo preparan los duelos del torneo doméstico. Encima, Huracán juega este miércoles a las 23:00 contra América de Cali en Colombia por Copa Sudamericana. “River pudo posponer su partido contra Barracas Central. Lo ideal sería que sea para todos iguales. Deberíamos jugar lunes o martes, como lo hacen todos, y no el domingo”, se quejó antes de viajar a Colombia el entrenador del Globo, Frank Kudelka.
Será, sin lugar a dudas, un cruce de estilos opuestos. El Bicho de La Paternal creció con Nicolás Diez en el banco y es el equipo que mejor trata la pelota a nivel local. Números: es el segundo elenco con mayor posesión de balón con 62 por ciento (el primero es River, con 64), aunque se vuelve primero a la hora de mantener la pelota estando en ventaja. Así, Argentinos mantiene una misma idea en cualquiera de las escenografías que puede regalar un partido. Lo interesante es que el lunes chocará en el Diego Maradona frente al San Lorenzo de Miguel Russo, que también suele mantener su libreto sin importar rival o circunstancia. El Ciclón hace de la paciencia y del orden un método. Se presume entonces un encuentro en donde los locales llevarán el peso del juego intentando hallar los espacios para vulnerar al también sólido arquero Orlando Gill, que mantuvo el arco en cero en 10 de los 18 duelos del año.
“Esto es mucho mérito de los jugadores, que entendieron donde estábamos. No nos regalaron nada para llegar acá. Salimos de todos los temas del club, hablamos mucho de eso, y el club tendrá lo que tenga que hacer, y nosotros haremos lo nuestro, como corresponde. Y ojalá todo esto se arregle”, soltó Russo tras la victoria contra Tigre. Y agregó: “Este es uno de los mejores grupos que he tenido en mi carrera”.
Otra vez la Bombonera recibirá un partido caliente y contra un rival de peso como Independiente. Los hinchas de Boca se manifestaron en el duelo frente a Lanús y el presidente Juan Román Riquelme habría acusado recibo: aceleraría en las próximas horas para cerrar un entrenador. Como sea, Mariano Herrón dirigirá el equipo ante los de Avellaneda, que el jueves jugarán con Guaraní de Paraguay por Copa Sudamericana en un encuentro clave para definir el grupo. Sí, también el Rojo llegará más cansado al cruce doméstico. “Boca tiene una sola competencia, por lo tanto, para mí es el más candidato de todos”, lanzó Vaccari.
Más allá del desgaste, Independiente tendrá con qué inquietar a Boca, que está invicto este año en la Bombonera: ganó 8 y empató 2; marcó 16 goles y le anotaron 3. La buena para Vaccari de cara al lunes será que podrá contar con el goleador Gabriel Ávalos, recuperado de una molestia muscular.
Y si Independiente es una incógnita porque tendrá que superar primero el duelo copero, Boca lo es por la crisis que atraviesa. La salida de Fernando Gago no descomprimió la situación y ahora las críticas se posan en todos: dirigentes, jugadores y cuerpo técnico encabezado por Herrón. Los hinchas parecen estar cansados del andar del equipo, que empató los últimos dos juegos (Tigre y Lanús). El entrenador interino podría meter mano y disponer los ingresos de los recuperados Ander Herrera y Milton Giménez. Los que saldrían serían Tomás Belmonte y Alan Velasco. Otra posibilidad es la entrada del volante Williams Alarcón.
El martes el Monumental se vestirá otra vez de fiesta para recibir a Platense, el único ganador visitante de los octavos de final. Claro que antes el conjunto que comanda Marcelo Gallardo tendrá que jugar el jueves en Núñez frente a Independiente del Valle por Copa Libertadores. Una alternativa es que el Muñeco ponga un equipo alternativo para medirse con los ecuatorianos. El DT, de todos modos, sabe que no podrá contar con Gonzalo Montiel, que sufrió un desprendimiento en la cicatriz del desgarro en el bíceps femoral de su pierna derecha que había sufrido en el Superclásico. Cachete estaría de regreso para una eventual semifinal. De los que vienen jugando seguido, por Libertadores podrían descansar Paulo Díaz, Marcos Acuña, Enzo Pérez, Ignacio Fernández y Sebastián Driussi.
“No importa si nos subestiman o no, tenemos que tener en claro el plan de juego”, contó Sergio Gómez, uno de los técnicos del Calamar, que la ronda pasada dio el golpe al eliminar a Racing en el Cilindro.
Se avecinan duelos apasionantes y los locales tienen una pequeña ventaja: en el torneo cosecharon 112 triunfos contra 60 de los visitantes. Pero en el fútbol argentino todo puede pasar. Por eso no hay que tratar de entenderlo.