las 6 claves del macabro crimen de la influencer

Cuatro años después del crimen, Netflix sacó a la luz American Murder: Gabby Petito, una miniserie documental con material audiovisual indispensable para comprender un femicidio que durante semanas sustituyó la preocupación de un país por la pandemia.

Si uno abre el Instagram de Gabrielle “Gabby” Petito verá que su actividad se congeló el 25 de agosto de 2021. Lo mismo ocurre con su canal de YouTube, que tiene tan solo un video. Así de interrumpida se vio su vida cuando Brian Laundrie, su novio, la estranguló hasta la muerte y la dejó en posición fetal sobre las rocas de un desértico parque nacional.

En agosto de ese año, Petito y Laundrie se encontraban recorriendo los Estados Unidos en camioneta con el objetivo de alimentar @nomadicstatik4941, el canal de YouTube con el que Gabby soñaba convertirse en una influencer.

Todo cambió el 27 de agosto, día en que desapareció todo tipo de rastro de Gabby Petito. Esa fecha aparece en el registro de la cámara de seguridad que capturó a la joven por última vez. Poco después, Brian volvió solo en la van a casa de sus padres para guardarse detrás de cuatro paredes.

A medida que pasaban los días, el caso iba captando más y más la atención de la prensa internacional. Grupos de manifestantes se congregaban en la casa de los Laundria y pedían por la aparición con vida de Gabby; los padres de Petito movían cielo y tierra para dar con una pista que los llevara adonde su hija.

Tras semanas de incertidumbre y parálisis nacional, el cuerpo de Gabby Petito fue hallado en el área de Spread Creek del parque nacional Bridger-Teton, en Wyoming. Casi un mes más tarde, los restos de su futuro esposo serían encontrados por los propios padres del femicida en North Porth, en Florida.

La policía concluyó en que Laundrie estranguló a Gabby hasta matarla y que algún día cercano al 13 de septiembre se quitó la vida de un disparo en la cabeza.

¿Qué pasó durante el viaje? ¿Cómo se supo la verdad? ¿Por qué el caso paralizó a un país? A continuación, 6 claves de un femicidio que caló hondo en la cultura estadounidense post pandemia y que todavía no deja de impactar.

En el documental, Rose -la mejor amiga de Gabby- y la mejor amiga de Brian cuentan que Laundrie tenía actitudes cuestionables.

Rose, principal confidente de la víctima, dice que escondía un lado “oscuro” que afloraba cuando la videocámara de Gabby se apagaba. Que era celoso, controlador y manipulador.

Laundrie lo demostró tras la desaparición de Petito.

Dejó una carta en donde admite haber matado a Gabby por pedido de la joven -la policía demostró que es mentira- e intentó hacer una coartada después de cometer el crimen. Se mandó mensajes a él mismo desde el teléfono de Petito fingiendo ser ella y cuando quiso regresar a la van le pidió a la mujer que lo había aventado que lo dejara lejos de la camioneta para evitar sospechas.

La primera prueba de que algo no andaba bien entre la pareja se materializó el 12 de agosto de 2021. Ese día, la policía acudió al llamado de un testigo que dijo haber visto a un hombre pegándole a una mujer en la vía pública. Eran Gabby y Brian.

Cuando dieron con ellos, Gabby tenía una crisis de ansiedad. Tanto ella como su novio habían sufrido pequeñas heridas.

La policía tendió a victimizar a Brian por sobre Gabby, tal es así que el joven fue enviado a dormir a un hotel para víctimas de violencia de género. Ese día no fueron detenidos; solo los distanciaron bajo la recomendación de no hablarse hasta el día siguiente. No les hicieron caso: se reunieron poco después de que los dejaran en libertad y más adelante ella terminó muerta.

Otro aspecto curioso tiene que ver con el distinto accionar de la policía estadounidense en diferentes estados: en un momento, un sargento de Florida le dice a su incrédula colega neoyorquina que allí, en North Porth, la desaparición de Petito no es sospechosa.

Todavía no se sabe si los padres de Brian tuvieron algo que ver en la muerte de Gabby. Lo cierto es que las actitudes sospechosas fueron el denominador común del matrimonio a lo largo del caso.

Por un lado, Gabby y Roberta -la mamá de Brian- se llevaban mal. La mujer estaba celosa de quien sería su nuera.

Por el otro, los Laundrie fueron los primeros a los que Brian acudió después de matar a Gabby. Estos lo alojaron en su casa y no dieron declaraciones a la policía ni respondieron a los pedidos de ayuda de los Petito. Tras el crimen, Brian llamó a Roberta y al día siguiente el padre contrató a un abogado por 25.000 dólares.

En el correr de la investigación apareció en casa de los Laundrie una carta de Roberta a Brian titulada “Quemar después de leer” en donde, entre otras cosas, le dice a su hijo que es capaz de facilitarle una pala para enterrar a alguien.

Gabby se quería separar de Brian, pero no se animaba. Así lo dan a entender el ex novio de la joven, Rose (aunque destaca que Gaby a pesar de eso amaba a Brian) y la madre de la víctima.

El ex novio de Petito recibió una llamada de Gabby en medio de su viaje en la que ella le confesó que quería dejar a Brian. A su vez, el último mensaje que la víctima le envió a alguien en su vida fue a su madre, y en este le sugiere que le gustaría seguir su viaje sola.

“Hay una representación excesiva en los medios de los casos de mujeres blancas”, dice una voz autorizada en un noticiero que es utilizado como archivo en el documental. Y lo ocurrido lo demuestra.

Los datos estadísticos ofrecidos en el documental dicen que en EEUU hay decenas de miles de casos que no son cubiertos por la prensa y por ende no llegan a nada, entre otras cosas, porque prácticamente la mitad involucra a mujeres negras.

Es uno de los primeros casos en la historia en los que todo gira en torno a innumerables videos. Los involucrados, por estar ser parte del mundillo audiovisual; la policía, al llevar cámaras pegadas a sus cuerpos en cada intervención. Un claro signo de época.

Los videos también hicieron posible el hallazgo del cuerpo de Gabby: una pareja de nómadas youtubers grabó el vehículo sin querer y subió el video a YouTube. Más tarde eso sirvió de pista para dar con el paradero de los restos.