Productores y entidades de toda la agroindustria criticaron al Gobierno por volver a las alícuotas de retenciones que había dejado Alberto Fernández para soja, maíz, girasol y sorgo.
Aunque algunos mantuvieron la ilusión hasta ver el Boletín Oficial del martes, la Mesa De Enlace difundió un comunicado crítico el día antes, lo cual reflejó que las expectativas estaban prácticamente descartadas
Calificaron a los derechos de exportación (DEX) cobraos a los granos como un tributo “distorsivo, anacrónico y perjudicial”.
Sin particularidades, la Sociedad Rural Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Federación Agraria y Coninagro coincidieron en que los DEX fueron responsables de frenar el desarrollo del agro argentino, en especial en el interior profundo.
“Han generado un inevitable retraso social, tecnológico y productivo, a pesar de los esfuerzos aislados de los productores y otros eslabones de la cadena”, afirmaron.
Resaltaron el impacto fiscal que sufren las regiones donde la actividad agropecuaria representa la base del empleo y del crecimiento local. “La presión fiscal asfixiante, inequitativa e injusta ataca la competitividad del sector en cada provincia donde la cadena agroindustrial define el desarrollo, el empleo y la calidad de vida”, destacaron.
El reclamo no es nuevo. Recordaron que viene planteando esta necesidad “desde hace meses y años” a legisladores y funcionarios, tanto nacionales como provinciales. “Lo hemos hecho de manera institucional y lo seguiremos haciendo con responsabilidad y firmeza”, señalaron.
En un contexto marcado por la inestabilidad macroeconómica y la necesidad de ingresos fiscales, la continuidad de las retenciones se mantiene como un punto de fricción entre el Estado y el campo. Para los ruralistas, sin embargo, ya no hay margen para medidas “discrecionales de corto alcance” que solo generan “incertidumbre y desazón”.
La postura de la Mesa de Enlace no se limita a una consigna fiscal: apunta a un modelo de país. En su visión, sin DEX el campo tendría condiciones más favorables para invertir, incorporar tecnología y generar empleo en todo el territorio. “Necesitamos reglas claras, previsibilidad y una Argentina sin retenciones”, concluyeron.
Este mensaje se suma a otros pronunciamientos similares realizados en los últimos años, aunque el clima actual tiene una tensión especial por la falta de señales concretas del gobierno nacional respecto a una baja o eliminación gradual del tributo, como prometió Milei en su campaña electoral.
La situación impacta en las decisiones de área de siembra, porque con esta presión fiscal queda superficie sin cultivar, y en definitiva redunda en menores ingresos para los productores y para el país en general.
CREA y Barbechando advierten que menos retenciones significan más siembra y generación de divisas para reforzar las reservas que este jueves pidió el FMI. Y varios gobernadores también reclamaron una menor presión fiscal al interior del país. Argumentaron que frena el desarrollo de las provincias.
Este miércoles se impulsó un tratamiento del tema en Diputados pero la sesión se suspendió, con sospechas de pacto entre libertarios y kirchneristas.
EL escenario parece estancado. El Estado recibe de la tierra más que los productores: el 63,3 de la ganancia agrícola va a impuestos, según el índice de junio elaborado por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (FADA)
Esta semana hubo un síntoma elocuente, a través de una fuerte merma en el comercio de granos.