Mientras continúa la subasta solidaria para recuperar lo que fue robado del Centro de Fotografía Contemporánea (CFC), su director Ataúlfo Pérez Aznar sacó a la luz su nuevo libro: Punta Lara. Fotografías. Su trabajo reúne una colección de 115 imágenes que corresponden a un proyecto de 40 años, en las que se refleja la cotidianidad del verano de la localidad bonaerense.

Sería incorrecto decir que se trata de un libro totalmente inédito, ya que en 1996 Pérez Aznar realizó una exposición reducida de la colección con un total de entre 40 y 50 fotos. De todas formas, y según aclaró el fotógrafo argentino, Punta Lara. Fotografías ofrece una mirada más profunda y extensa de la localidad, acompañada por el blanco y el negro.

También tuvo una exposición frustrada en 2022 en el Museo Provincial de Bellas Artes, pero tuvo que ser postergada por remodelación.

Pérez Aznar, quien además de ser fotógrafo es docente, geógrafo y antropólogo, presentó su nuevo libro el viernes pasado en la Asociación de Docentes de la Universidad de la Playa (Adup). En la convocatoria se describió al libro, que cuenta con un prólogo de Marcos López y Ana Julia Sorgentini, como uno “necesario y esperado de un lugar singular”

El intenso vínculo entre Ataúlfo Pérez Aznar y Punta Lara parte de la cercanía geográfica y de la necesidad de encontrar tranquilidad entre tanto caos cotidiano. “Yo nací y vivo en La Plata, y desde chico siempre me gustó recorrer alrededor. Pero en mi ciudad me costaba darme el tiempo para fotografiar, entonces para escaparme iba a tomar mate a Punta Lara y a sentir un poco de fresco junto al río; ahí fui sacando alguna que otra foto aislada. A finales de los ochenta, advertí que ya había un grupo sumamente interesante, y empecé a trabajar más sistemáticamente”, explicó el fotógrafo a Clarín.

Punta Lara me parece un lugar fascinante. Es el símbolo de la clase media argentina, donde se mezclan los públicos y edades más diversas, y los lugares de veraneo donde la gente se relaja. Todo esto me resulta fascinante por los múltiples vínculos que surgen, y está claro que es un lugar emblemático para los sectores más populares (aunque tiene una fisonomía muy particular porque los que visitan los fines de semana son los del sur del Gran Buenos Aires)”, agregó.

Distinto sucede durante el frío de invierno y entre semana, cuando la localidad suele ser transitada por pescadores y personas que buscan escaparse de sus hogares: “Muchas parejas de trampa”, sostiene Pérez Aznar.

A modo de bienvenida, el fotógrafo argentino Marcos López escribió en el prefacio: “Si lo que me pasa, me pasa acá, en Punta Lara, y tampoco puedo evaluar la idea de ir a otro lado porque no tengo plata. Me invade un vacío, un arbitrario e injusto escepticismo cuando veo a la gente tomando mate, jugando a la pelota en la arena, pasando el rato, sacando las bolsas con comida de la puerta de atrás de la Estanciera, prendiendo el fuego para el asado, disfrutando “en familia”. Esta crudeza está en las fotografías de Ataúlfo. También tienen algo de resentimiento”

Según explicó a Clarín, el autor de Punta Lara. Fotografías se define a si mismo como un artista más bien innovador y anticonvencional: “A mí me interesa romper la composición tradicional. No tengo un criterio compositivo anquilosado y esquemático, sino que le llamó composición en función de tus propias palabras, pero creo que justamente el error está ahí. Uno va componiendo, va construyendo. La fotografía no te da ese margen, y cuando uno se toma el tiempo para componer, las fotografías lo delatan”.

“Somos la expresión de una generación que interpretó e interpeló su propio mundo. Todo lo que surgió a partir de fines de los 70 y principios de los 80, cuando la mayoría de la fotografía argentina se daba en las cuatro paredes del foto club”, agregó.

En cuanto al proceso de su trabajo, Pérez Aznar considera el momento de la edición como uno de los más fundamentales en la fotografía: “A mí lo que me resulta más fascinante es sacar fotos de diferentes lugares y momentos, para después darle sentido en la edición. Como curador, donde las imágenes se articulan, se vinculan y se les da sentido, sé que es ahí donde uno puede profundizar mucho más sobre todo la visión del mundo. De ahí que las fechas no me pesan”.

“Considero que la fotografía llega a un público mucho más amplio que el que puede darse en congresos y seminarios académicos. Yo con mis fotos lo he comprobado porque he expuesto en toda la Argentina, en diversos países de Latinoamérica, y el diálogo que tuve con un público interesado en las imágenes me resultó muy gratificante”, continuó el fotógrafo argentino.

Por último, en relación con su modo de crear, Pérez Aznar insistió con la fotografía espontánea, y concluyó: “El vértigo del tiempo, cuando uno se involucra con él mismo a través del acto fotográfico, me resulta fascinante y revelador. Porque el fotógrafo establece un diálogo con él o los fotografiados, de lo que me parece también que es algo mucho más vivido y creativo que la supuesta composición formal”.





Fuente Clarin.com

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