La Argentina busca una solución para la crisis avícola que vive los Estados Unidos. El precio de los huevos, que pasaron de ser un producto básico a uno de lujo en ese país, se cuadruplicó en ciudades como Nueva York en los últimos cuatro meses y podría aumentar otro 40% en las próximas semanas por un brote de gripe aviar que provocó la pérdida de producción de 50 millones de gallinas ponedoras que debieron ser sacrificadas.
La escasez de oferta llevó a que se vendan por unidad y a limitar su compra. Y el alza del precio impulsó a la inflación estadounidense un 3% en enero. Según datos de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia), mientras que aquí la docena cuesta US$ 3,5, allí pasó de valer entre US$ 3,3 y US$ 3,5 a US$ 13. En Miami, por ejemplo, en la cadena de supermercados Aldi costaba US$ 3,9 hace 20 días y hoy está US$ 5,5.
Junto con los Países Bajos, los Estados Unidos es el mayor exportador del mundo. Pero el Departamento de Agricultura informó que planea importar entre 70 y 100 millones de huevos en 2025 mientras continúe el virus de influenza, por lo que se abriría una oportunidad de negocio para la Argentina, en donde el consumo per cápita crece sostenidamente, con 354 unidades al año.
Actualmente, los envíos de este producto significan apenas el 2% −6.000 toneladas anuales−, mientras que el 98% restante se vuelca al mercado nacional para el consumo interno. Ya en 2024, productores avícolas armaron un consorcio exportador para intentar colocar el 10% de la producción local, aunque esto representa un desafío.

Javier Prida, presidente ejecutivo de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia), explicó que la Argentina tiene solo tres plantas de producción certificadas para exportar a ese país, de las cuales dos están adaptadas para cumplir con las normas requeridas por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de que el huevo debe estar lavado y parafinado, y refrigerado inmediatamente luego de ser empacado.
“Los Estados Unidos y Chile son los únicos que exigen esta condición. Los establecimientos no están preparados. Tenemos 950 granjas industriales, pero la legislación es rigurosa y solo dos tienen la línea completa”, señaló Prida en relación a la dificultad que se presenta, en declaraciones por Radio Mitre.
Y amplió que, pese a que la mayor inserción en el mercado internacional serviría para diversificar ventas y generar divisas para para seguir creciendo, “implica un alto costo en adecuación, que no condice con el periodo de tiempo para amortizar la inversión”. “Por caso, la importación desde Brasil será entre cuatro y ocho meses”, puntualizó.
Más envíos de polvo de huevo, yema y albúmina
Sin embargo, apuntó que “las fábricas quebradoras de huevo tienen mucha capacidad ociosa” y una solución podría ser abastecer a los Estados Unidos con productos derivados como polvos de huevo, yema y albúmina, que tienen usos culinarios y nutricionales.
“Estamos dispuestos a exportarles la cantidad de huevo procesado que necesiten. Se mandan por contenedores en cajas de 25 kilos. Van pasteurizados, por lo que no hay riesgo de que entre ningún patógeno. En los próximos días podría darse la buena noticia de que los Estados Unidos abrió el mercado de huevo, si acepta la propuesta de la Argentina”, adelantó.

Un interrogante es qué podría pasar si Donald Trump deja firme para la Argentina la suba de aranceles a las importaciones agrícolas que anunció desde el 2 de abril próximo o aplica excepciones. “A los grandes agricultores de los Estados Unidos: prepárense para empezar a producir mucho más producto agrícola para vender dentro del país”, anticipó el mandatario.
Sobre la posibilidad de que se encarezcan los huevos a nivel local si se empieza a exportar más a los Estados Unidos, Prida destacó que eso podría pasar si se hace un encargo grande. “Las correcciones se tienen que dar porque estamos muy atrasados. Pero no creo que haya un impacto alto. En Brasil, la caja estaba un 25% más barata que aquí. Y hoy está un 40% más cara, luego de que el país vecino pasó de prácticamente no exportar a mandarle un 11% de su producción nacional. Eso sí genera ruido”, comparó.
Y cerró con un repaso de la evolución de los precios en la Argentina. “En 2024, subieron casi un 58% versus el 118% que marcó el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Quedamos por debajo de la inflación. Históricamente, desde fines de enero hasta principios de abril hay un reacomodamiento que marca el piso del año. Deberíamos estar vendiendo la docena en granja entre $ 2.500 y $ 2.700 y lo estamos haciendo entre $ 1.700 y $ 1.800. Para compensar, elevamos los niveles de producción, con un 10,2% de aumento el año pasado”.