Un cónclave que promete ser breve. Y ya se empiezan a hacer apuestas sobre cuál será la fumata decisiva. Quizás ya la quinta, como lo fue para Jorge Bergoglio, en 2013, después de solo dos días de cónclave, aunque algunos periodistas reconstruyeron después que la quinta votación fue anulada por un error de procedimiento y, por lo tanto, fue efectivamente la sexta la que le permitió alcanzar el quórum.

El ingreso a la Capilla Sixtina se realizará la tarde del 7 de mayo a las 16:30 (hora local), después de la “Missa pro eligendo pontifice” de la mañana y se procederá inmediatamente a la primera votación. A partir del día siguiente serán cuatro por día, dos por la mañana y dos por la tarde hasta alcanzar el quórum de dos tercios. Cada votación tendrá como resultado un humo.

Según la predicción del cardenal de Bagdad, Louis Raphael Sako, el nuevo Papa podría llegar ya en la tarde del día 8 o el 9 de mayo. Por ahora son sólo hipótesis, pero un vistazo a los precedentes indica que todas las elecciones papales del último siglo se caracterizaron por su brevedad y rapidez.

Desde principios del siglo XX se han celebrado diez cónclaves y vamos camino del undécimo. Pío X, nacido Giuseppe Sarto, Patriarca de Venecia, necesitó cuatro días y siete votaciones para ser elegido Papa el 4 de agosto de 1903, después del veto impuesto por el emperador Francisco José al cardenal secretario de Estado, Mariano Rampolla.

Menos aún, bastaron tres días y diez escrutinios para elegir a Benedicto XV: el 3 de septiembre de 1914, pocas semanas después del inicio de la Primera Guerra Mundial, la elección recayó en Giacomo Della Chiesa, arzobispo de Bolonia y cardenal durante sólo tres meses.

El cónclave más conflictivo y también el más largo del siglo XX fue el que eligió a Pío XI, cardenal Achille Ratti, arzobispo de Milán. El humo blanco apareció el 6 de febrero de 1922, en la decimocuarta votación en cinco días.

En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, tuvo lugar el Cónclave más breve del siglo pasado: tres votaciones en dos días bastaron para que el cardenal Eugenio Pacelli, secretario de Estado de Pío XI, ascendiera al trono papal con el nombre de Pío XII, el 2 de marzo de 1939.

Juan XXIII fue elegido en cuatro días y 11 votos: el patriarca de Venecia, Angelo Giuseppe Roncalli, candidato a Papa ya en las previsiones, obtuvo su humo blanco el 28 de octubre de 1958.

Lo mismo le ocurrió a Pablo VI, el favorito en el cónclave del 63, cuando fue elegido el 21 de junio después de tres días y seis escrutinios. Fue una sorpresa que el 26 de agosto de 1978 fuera elegido Juan Pablo I: Albino Luciani, Patriarca de Venecia, alcanzó el quórum de votaciones en dos días y cuatro votaciones.

Y, después de sólo 33 días de pontificado, le sucedió -de manera también sorprendente- el cardenal polaco Karol Wojtyla, arzobispo de Cracovia, Juan Pablo II, elegido en la octava votación del tercer día del Cónclave, el 16 de octubre de 1978.

Joseph Ratzinger, ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el primer Papa del Tercer Milenio con el nombre de Benedicto XVI, fue elegido en dos días con cuatro votaciones, el 19 de abril de 2005.



Fuente Clarin.com

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