La producción de petróleo de la Argentina llegaría a su máximo histórico hacia fines de 2025, gracias al shale oil de Vaca Muerta, según lo que esperan en YPF, la mayor petrolera del país.

Así, superaría el récord de hace casi 30 años: la anterior cifra histórica fue de casi 847.000 barriles de petróleo crudo por día (bpd) en 1998.

Los números de producción avanzan a pasos acelerados: el sábado pasado YPF produjo unos 159.950 barriles de petróleo no convencional en Vaca Muerta, casi 22.000 más que el promedio del cuarto trimestre.

La empresa espera llegar al 31 de diciembre de este año con una producción de shale oil de 200.000 barriles por día, sobre un total general (contando el convencional de los campos maduros) que a fines de 2024 estaba en 269.000 y ahora quedó por encima de los 280.000 bpd. El no convencional representa dentro de la producción de YPF el 60% y el convencional, el 40% restante.

Del total, unos 41.000 barriles por día van como exportaciones a Chile a través del Oleoducto Trasandino (Otasa), lo que convirtió a la empresa en el mayor exportador del país en 2024, por encima de Pan American Energy (PAE), tradicional vendedor del crudo “Escalante” en Chubut -un tipo de petróleo más pesado, que se utiliza en refinerías de Estados Unidos para hacer gasoil-.

A la brevedad, YPF terminará de colocar unos 23.000 barriles diarios más cuando se inaugure el mes que viene la ampliación de Oleoductos del Valle (Oldelval), para llegar a unos 145.000 barriles en total.

La intención de Horacio Marín, presidente y CEO de la petrolera, es enfocar la totalidad de sus inversiones en upstream (exploración y producción) a Vaca Muerta para el 2026, por lo que espera cerrar antes del 1 de julio de este año la venta de los campos maduros del Proyecto Andes y su salida de provincias como Santa Cruz y Tierra del Fuego.

Si bien el 11 de abril será la presentación del plan de inversiones quinquenal (2025-2029) en Nueva York, Estados Unidos, se estima que YPF mantendrá en torno a los 5.000 millones de dólares, de los cuales unos US$ 3.300 millones irán a Vaca Muerta, y el resto a la modernización de refinerías para cumplir con la obligación de que todos los combustibles tengan bajo azufre.

El principal desafío que tiene la industria este año será acelerar con el oleoducto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS), que a fines de 2026 debería arrancar con una capacidad de evacuación de petróleo crudo de la Cuenca Neuquina por unos 180.000 bpd y luego trepará a 550.000 en el segundo trimestre -ampliable a 700.000 barriles, si fuera necesario, a partir de 2028-.

Desde 2027 la Argentina podrá vender petróleo crudo al mundo por más de 15.000 millones de dólares al año, la mitad de lo que se propuso Marín como “proyecto industria-país” de US$ 30.000 millones entre 2030 y 2031.

Con la aprobación de su ingreso al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), el consorcio de siete empresas –YPF, Pluspetrol, PAE, Vista, Pampa Energía, Chevron y Shell– buscará en las próximas semanas cerrar el financiamiento por unos 1.700 millones de dólares entre cinco bancos internacionales, mediante un préstamo sindicado.

Mientras tanto, se espera que las petroleras alcancen un acuerdo con el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, para distribuir una porción pequeña de la renta durante un par de años, una discusión que demoró las obras. Cada día de retraso del oleoducto significa para el país una pérdida de exportaciones de US$ 40 millones.

Por otro lado, Clarín pudo saber que YPF está interesado en comprar participaciones en las áreas de mayor utilidad de Vaca Muerta, y podría vender otras menores. La puesta en revisión de activos de las multinacionales, que podría derivar en una salida de la malaya Petronas y la noruega Equinor de algunos campos de shale oil como La Amarga Chica y Bandurria Sur, sería de interés de la petrolera argentina.



Fuente Clarin.com

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