La leyenda asegura que un chico de la calle entró a un cine, vio la película Drácula, interpretada por Bela Lugosi, y luego comenzó a imitarlo. Con los años fue conocido como “el vampiro de la ventana” a quien se le adjudican 15 asesinatos ocurridos en los años 50 en la tranquila ciudad tucumana de Monteros.
Florencio Roque Fernández era aquel joven que, a los 15 años, quedó tan impresionado por el filme de terror que se convirtió en un asesino en serie, o serial killer, responsable de la muerte de 15 mujeres, todas en Monteros.
Según algunas fuentes, los crímenes comenzaron en 1953, con un modus operandi realmente escabroso, cuando Fernández tenía solo 18 años. Habría sido detenido en 1960 y habría muerto ocho años después en un hospital psiquiátrico.
La historia es parecida a la del llamado “vampiro de Düsseldorf”, quien aterrorizó a la ciudad en los años 30. También es bastante parecida a un mito urbano repetido hasta el cansancio y, hasta ahora, imposible de corroborar.
Florencio Fernández: la oscura historia del ‘Vampiro argentino’ que conmocionó al país
Florencio Roque Fernández, el supuesto máximo asesino en serie de la historia de nuestro país. Según la historia que circula en redes sociales, Fernández acechaba a su víctima durante varios días y, cuando se encontraba en su casa, en una noche calurosa, ingresaba por una ventana. Mientras la mujer dormía, la golpeaba y la mordía, llegando, siempre según las fuentes, a diseccionarle la tráquea y la carótida. Luego, le bebía la sangre y la dejaba desangrarse hasta morir.
El blog Sangre fría, citado por un artículo del diario La Gaceta, de Tucumán, le pone fecha al inicio de los crímenes (1953) que se habrían reiterado durante siete años. En 1960, la Policía Federal detuvo por fin a Fernández en una cueva cercana a Monteros. Fue internado en un hospital psiquiátrico donde murió en 1968.
A diferencia de Peter Kürten, el “vampiro de Düsseldorf”, se desconoce la identidad de las 15 víctimas de Fernández, a pesar de que habría asolado a la ciudad de Monteros durante ocho años.
Resulta llamativo, según asegura La Gaceta, que en Monteros nadie recuerde la brutal historia de Fernández y, más bien, digan que se trata de puras habladurías. Incluso personas que vivieron allí en los años 50 dicen que nunca escucharon semejante historia.
La leyenda asegura que el “Vampiro argentino” se inspiró en el Drácula de Bela Lugosi.Sin embargo, son varios los medios nacionales que han contado la historia de Fernández, asegurando que de niño fue diagnosticado de una psicopatía que derivó en esquizofrenia. Sus padres no le brindaron atención y, en cambio, lo dejaron en la calle, donde habría vivido como mendigo (a pesar de ello pudo ver Drácula en una época en que el cine era una diversión para gente con algo de dinero).
Siempre según esta historia legendaria, luego de cometer un asesinato Fernández se escondía en una cueva de las afueras de Monteros. No hay mayores detalles de cómo la Policía logró encontrarlo, pero sí de que en la cueva había huesos de animales que le habrían servido de alimento.
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Aunque Fernández también habría sufrido de fotofobia, como “buen vampiro”, en una supuesta foto suya aparece antes o después de jugar al fútbol en una las canchas de Monteros, a plena luz del día.
Posiblemente, todo sea una historia inventada a partir de un vecino de Monteros conocido como “Cangrejo” quien ingresaba a las casas de mujeres solas por una ventana, pero no para matarlas sino para hacerles propuestas indecentes.