La investigación sobre el escándalo cripto tiene un problema para el Gobierno que el Gobierno no está pudiendo resolver en la mesa de la arena mediática, donde busca imponerse en esta etapa: lo que sea que haya ocurrido -corrupción, ingenuidad, torpeza política, o todo eso junto con distintos responsables- no pudo haber ocurrido sin Milei.

El Presidente lo sabe y ensayó distintas defensas en las redes sociales y en dos largas entrevistas.

Allí dijo sobre el mismo episodio que el mundo de las criptomonedas no es su fuerte, pero también que el que elige apostar en un casino sabe a qué se expone.

O que la estrategia judicial no es su fuerte, pero también que es un tema de terceros contra terceros.

Una hipótesis que combina cierta candidez en promocionar un casino con una Operación Yo No Fui: todo lo que ocurrió allí ha sido responsabilidad de los croupiers y los apostadores.

El detalle es que la aclaración acerca de que el Gobierno no tenía nada que ver fue posterior.

No hubo un aviso previo para “apostadores” que nunca hubieran entrado a jugar sin el convite presidencial.

Adjuntando a su tuit un contrato inteligente para el interesado, Milei no sólo promocionó un casino que no es su fuerte: también ayudó a vender las fichas.

La fiscalía federal de Eduardo Taiano investiga los hechos con una hipótesis inicial de al menos 40.000 damnificados.

La primera reacción del Gobierno fue decir que el Presidente había sido estafado en su buena fe por un grupo que había perforado su entorno con facilidad.

Por eso Milei habló en la primera entrevista -con Jonatan Viale- de “levantar las murallas”, y en la segunda -con Luis Majul- de “ya las levantamos bastante”.

La investigación irá sobre si aquella porosidad en las murallas presidenciales fue únicamente un descuido bien aprovechado por quienes preparaban el terreno para el casino fugaz, y fueron recibidos con naturalidad en la Casa Rosada y en Olivos.

Los socios de Tech Forum, Mauricio Novelli y Manuel Terrones Godoy -ahora investigados por Taiano-, fundaron esa compañía sólo dos meses antes de organizar el evento donde Milei se encontró, en octubre pasado, con quienes después crearían $LIBRA.

Pero, además, ¿por qué el Presidente “presentó” $LIBRA -su signo en el zodíaco- 22 segundos después de que 87 privilegiados compraran 13 millones de dólares a valor cero en “fichas” que tras el aventón presidencial iban a costar cinco?

La preguntas que buscaría responder la fiscalía son: ¿Quién eligió el momento para el tuit del Presidente? ¿Alguien le dijo “ahora”? ¿Quiénes planificaron esa secuencia sincronizada de “creamos el token” (a las 18.38), “abrimos la venta” (a las 18.51) y “el Presidente lo difunde” (a las 19.01)?

Los abogados que inician la querella de los damnificados en Estados Unidos van al hueso con las palabras.

Hablan de “insiders preposicionados” y de una “promoción engañosa” alentada por quienes definen con la sigla en inglés KOL, Líderes de Opinión Clave.

Por ahora, el nombre del presidente argentino no figura en esa demanda.

El Gobierno trata de editar el mensaje corriendo a Milei de un problema autoinfligido, pero los hechos seguirán allí.

El desafío de este caso no es probar los hechos básicos -a la vista de todo el mundo- sino el propósito de sus participantes.

Aunque se trata de una investigación compleja por su matriz tecno, los matices decisivos podrían hallarse con las herramientas de la pesquisa tradicional: la real textura de la relación entre el muro del Presidente y aquellos “insiders preposicionados” -por ejemplo, rastreando contactos telefónicos- y los testimonios directos de las partes.

Por eso el fiscal Taiano pide entrecruzar llamadas -ya hay por lo menos 5 celulares identificados– y trabaja una minuciosa lista de testigos para citar a declarar.



Fuente Clarin.com

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