Lo cruel, lo justo, lo bueno. Tres conceptos que forman un triángulo problemático en la historia humana, y que en Billy Budd Benjamin Britten los confronta con una lucidez implacable. El compositor tomó la historia de un joven marinero acusado injustamente a bordo de un buque de guerra británico en 1797, y del capitán obligado a decidir su destino.

Con libreto de E. M. Forster y Eric Crozier, basado en la novela homónima de Herman Melville, la ópera construye un conflicto donde ley, conciencia y poder se tensan hasta el límite. Esa encrucijada encontró en la nueva producción del Teatro Colón una lectura escénica de genial claridad y profundidad, bajo la dirección de Marcelo Lombardero y musical de Erik Nielsen.

No hay hoy un reggisseur que conozca más a fondo el escenario del Teatro Colón que Marcelo Lombardero, y eso se evidenció en esta nueva producción de la obra de Benjamin Britten, dónde exploró en profundidad las posibilidades del espacio escénico, expandiéndolo tanto en sentido vertical como horizontal, e incluso incorporando la propia sala como parte del universo dramático.

Al mismo tiempo, logró articular con precisión zonas de gran escala con espacios de intimidad, configurando una escenografía flexible para una obra que transita constantemente entre lo colectivo y lo íntimo. A esa concepción espacial se sumó el uso de las proyecciones: lejos de funcionar como mero recurso decorativo, estuvieron concebidas con un sentido simbólico y estructural. Desde el inicio, el reflejo del agua proyectado sobre el escenario -como visto desde abajo, desde el punto de vista del cuerpo sumergido de Billy Budd- marcó la fatalidad y sumergió al espectador, de forma literal y metafórica, en el mundo de esta ópera.

La labor musical resultó destacada en su conjunto. El coro estableció un nivel de excelencia a lo largo de toda la función, manteniendo una presencia sólida y una precisión que aportaron profundidad a la obra. La orquesta, bajo la titánica dirección de Erik Nielsen, ofreció una interpretación rigurosa y sensible, dando sentido y cohesión a cada sección dramática de la partitura, articulando los momentos de tensión y las pausas necesarias para la narrativa musical.

En cuanto a las intervenciones solistas, Toby Spence, en el rol del Capitán Edward Vere, sostuvo con solvencia el peso dramático de la historia. Su voz se destacó por buena proyección, riqueza en los matices y capacidad para manejar con eficacia el amplio registro que el personaje requiere. John Chest, en el papel de Billy Budd, mostró una voz melodiosa y una presencia escénica convincente, especialmente en las escenas de formato reducido. No obstante, en los pasajes con grandes conjuntos y orquesta densa, su proyección se percibió relegada.

Hernán Iturralde, como John Claggart, brindó una interpretación bien delineada de la arrebatadora crueldad del Jefe de Armas, con una voz adecuada a la exigencia del personaje. Finalmente, el barítono Leonardo Estévez, en el rol de Dansker, completó un elenco homogéneo y confiable, contribuyendo al equilibrio general del reparto.

Legitimado por su posición Claggart observa, desea, condena. Su crueldad no nace del poder, sino de la impotencia: de querer ser o poseer aquello que no comprende. En ese odio inexplicable hacia Billy Budd se adivina un deseo, una forma torcida de amor que encuentra salida sólo en la destrucción.

Esa lectura, que Britten y sus libretistas no explicitan pero insinúan con fuerza, adquiere hoy una vigencia inquietante. En tiempos donde la crueldad vuelve a posicionarse como reacción al deseo o al rechazo de la diferencia, Billy Budd se impone como una obra imprescindible. Y esta nueva producción del Teatro Colón la reafirma con inteligencia, rigor y una profunda actualidad.

Ópera en dos actos de Benjamin Britten con libreto en inglés de Edward Morgan Forster y Eric Crozier, basado en la novela homónima de Herman Melville.

Dirección musical: Erik Nielsen Dirección de escena: Marcelo Lombardero Escenografía: Diego Siliano Vestuario: Luciana Gutman Iluminación: José Luis Fiorruccio Intérpretes: Orquesta Estable, Coro Estable y Coro de Niños del Teatro Colón, dirección del Coro Estable: Miguel Martínez Reparto: Toby Spence (Capitán Edward Vere), John Chest (Billy Budd), Hernán Iturralde (John Claggart) y elenco. Estreno: 1.º de julio Próximas funciones: 2, 3, 5, 6, 8, 10, 12 de julio Teatro: Colón, (Libertad 621, CABA).



Fuente Clarin.com

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