Un equipo de científicos de la NASA sobrevolaba en el norte de Groenlandia, con un nuevo sistema de radar para detectar los fluidos glaciares, y de repente vieron algo inusual. De por sí, las características del inhóspito lugar parecen de otro planeta, pero los vestigios de una ciudad atómica subterránea los dejaron sin palabras.
En septiembre de 2024, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) publicó el hallazgo, titulado como “una civilización bajo hielo”; pero recientemente el tema recobró interés a nivel mundial, por un artículo de The Wall Street Journal donde se revela la verdadera funcionalidad de las instalaciones que encontraron 30 metros de gélidas capas de hielo.
“Es difícil imaginar que alguien o algo pueda sobrevivir allí”, dijo el científico de la NASA Chad Greene, que se encontraba en el avión en el momento en que los instrumentos de medición arrojaron datos llamativos.
Vieron en las pantallas del radar, conocido como UAVSAR, un conjunto de asentamientos conectados por una red de túneles, y creyeron que literalmente se trataba de “una civilización pasada congelada en el tiempo“. Sin embargo, estudios posteriores indican que son los restos de una base militar estadounidense construida durante la Guerra Fría debajo del hielo.
Según indica el ya citado medio norteamericano, el asentamiento submarino, conocido como Camp Century, formaba parte de un ambicioso y clandestino plan del Pentágono, llamado “Proyecto Iceworm”.
La intención era construir “una red de plataformas de lanzamiento de misiles nucleares bajo el hielo ártico”, diseñado para almacenar 600 misiles balísticos de mediano alcance.
La construcción comenzó en 1959 y se abandonó en 1967, por inestabilidades en el hielo, que hicieron que se considerara inviable el soporte de la red de lanzamiento. Con el paso de los años, el hielo se acumuló y quedó sepultada bajo 30 metros de hielo.
Una de las polémicas recae en que figuraba como una supuesta instalación de investigación, ya que su verdadero propósito militar fue clasificado hasta 1996.
En el artículo de WST firmado de forma conjunta por los periodistas Sune Engel Rasmussen y Marina Vitaglione, indica: “Más que una simple reliquia de la Guerra Fría, Camp Century es un recordatorio de la prolongada presencia estadounidense en el territorio danés de Groenlandia, una posición que en ocasiones fue controvertida; históricamente para mantener la soberanía sobre Groenlandia, Dinamarca tuvo que ceder parte del territorio a Estados Unidos“.
A su vez, detallan que Estados Unidos llegó a tener 17 bases en Groenlandia, incluyendo Camp Century, y mantuvo allí a unos 10.000 soldados. Hoy, el número de efectivos se redujo a menos de 200 en una sola base: la Base Espacial Pituffik, antes conocida como la Base Aérea Thule.
En aquel momento, el ejército estadounidense no reveló el propósito nuclear de Camp Century a Copenhague, que era una autodeclarada zona libre de armas nucleares.
La red de túneles se extendía a lo largo de casi tres kilómetros debajo del hielo e incluía varias instalaciones colindantes: dormitorios, comedor, laboratorios, y tenía capacidad para unas 200 huéspedes.
En un paralelismo con Stranger Things, la serie de ciencia ficción de Netflix, bien podría ser el set de rodaje donde transcurre la historia. El objetivo inicial del vuelo que realizó la NASA era cartografiar el lecho del hielo en Groenlandia y Antártida, para analizar los cambios en los futuros niveles del mar a nivel mundial. Sin embargo, la experiencia se convirtió en un viaje en el tiempo, más precisamente a la polaridad extrema que caracterizó aquellos tiempos de Guerra Fría.