Suena la marcha de la bronca en uno de los ángulos de la plaza. Por Avenida de Mayo está la izquierda, el Che en sus estandartes algo pálidos, flamea, no es radiante la bandera desgastada, pero aun flamea. Por Hipólito Yrigoyen se instalan y despliegan los peronistas. No está el Che entre los iconos de los gremios, pero si una virgen llevada en una estructura que parece improvisada y a su paso hombres y mujeres se persignan.
En un flanco y en el otro algunas remeras negras con Maradona estampado y una leyenda. Que se pretende consigna de lucha: “Hay que ser cagón para no defender a los jubilados”.
Un vivo vende gorras con un sol argentino en la visera a 12 mil pesos, las remeras del Diego varían entre 4 mil y 10 mil, según la cara del comprador.
A las 4 de la tarde una persona, una sola en ese momento, golpea el vallado que blinda y separa al Congreso de la calle Entre Ríos. Brota aquí y allí, tímido e irregular en principio, el cántico de otrora: “Que vayan todos”.
Un muchacho con una camiseta argentina salta e insulta con fervor al Gobierno. Salta sobre sus muletas. Le falta una pierna. Es joven.
Tras él una gran pancarta en la que resalta el caudillo aglutinador de los suyos. “Maturano Conducción”, se lee.
Por las calles laterales el flujo de manifestantes se vuelve mas denso y apretado. Uno en remeras ojotas y bermudas, le dice a un compañero muy mayor: “cuantos cobani che”. La policía es visible. Hay tanquetas en los flancos.
Algunos protestan y toman mate. Otros prenden porros. Algunos, entre el ruido que crece, siguen durmiendo una siesta a la sombra sobre el césped. El sol cuando pega, pega fuerte.
A 6 o 7 cuadras del epicentro en el Congreso, la vida continúa. Taxis, colectivos y peatones circulan como si la manifestación no existiera. Un par de turistas hablando en inglés, parecen no comprender. Si, da toda la impresión de que no comprenden.
¿Quién comprende a la Argentina? La marcha es una vuelta al día en 80 mundos.
El espacio peronista no es uniforme. Diversos grupos dentro de un conjunto gremial variopinto. El guevarismo se imbrica con sectores docentes y estudiantiles.
Los de los gremios peronistas y neoperonistas se manifiestan de acuerdo a una estética clásica entre descamisada y futbolera.
La izquierda es mas geométrica. Euclideanos. Los peronistas circulan a un paso no euclidiano.
Ninguno, ni los unos, ni los otros, parecen permeados por el anarcocapitalismo estentóreo.
Hay un muro, una valla, un mundo libertario y otro mundo que viene de lejos y que mira el presente desde otro tiempo que, se ve, muchos conciben mejor.
Un hombre de mas de 70 se acerca a este cronista. Me pide fuego. No tengo.
-¿Qué diría el general si viera todo esto? Me pregunta.
-El general murio hace rato. Le contestó.
Y pienso. El Che Guevara también murió hace rato. Pero en la Argentina, los muertos estan vivos.