El 20 de febrero pasado fue un día en donde me sentí invadido por dos sensaciones contrapuestas.

Por la mañana me invadió la misma tristeza que a mucha gente cuando pude comprobar hasta dónde puede llegar el terrorismo asesino y la deshumanización llevada a los extremos más repugnantes cuando nos enteramos del cruel asesinato de los chiquitos Bibas.

El día siguió y me tocó ser espectador en el debate en el que terminó de convertirse en Ley el Juicio en Ausencia. Cuando terminó la votación tuve una sensación no de alegría sino de alivio. Sentí que la tarea estaba cumplida. Junto con otras personas veníamos luchando desde hace muchos años acompañados en la última etapa por la DAIA para lograr tener la ley y lo logramos. No fue un camino fácil pero había que recorrerlo.

¿Pero qué es y qué va a permitir la aplicación de esa Ley en la causa AMIA?

Le va a permitir a la Justicia poder avanzar en el juzgamiento de todos aquellos imputados que nunca van a comparecer ante la justicia argentina. Concretamente, estoy hablando de los iraníes y libaneses imputados en la causa. Y ese no es un tema menor. Hasta ahora el Código de Procedimiento Penal de la Nación protegía al imputado que se lograba profugar o que no aceptaba comparecer, ya que si no lo hacia el juicio no podía avanzar.

La presencia del imputado antes de esta ley era un requisito ineludible para poder juzgarlo. Eso cambió y ese cambio está bien. No es justo que la legislación proteja al imputado que se profuga dejando a la víctima sin ningún derecho ni protección. Eso había que cambiarlo. El derecho de la víctima no puede tener un carácter inferior al derecho del imputado.

Por otra parte la existencia de la Ley va a permitir que se pueda realizar el juicio oral a esos imputados y con independencia de si hay condena o no, la Argentina y el mundo van a poder conocer cuáles son las pruebas que existen en la causa vinculadas a la participación del gobierno de la República Islámica de Irán como promotor del terrorismo Internacional y su brazo ejecutor, la organización terrorista Hezbollah. Eso también es de suma importancia. Las pruebas son hoy conocidas por los que están involucrados en la causa pero no son conocidas por la sociedad y que se conozcan es fundamental.

También va a permitir reivindicar el trabajo del Fiscal Nisman, que fue asesinado precisamente por lo que estaba investigando. Por último, va a dejar de producirse un contrasentido que se percibe desde hace muchos años, en que la sociedad le está exigiendo a la Justicia que haga su trabajo como corresponde pero no le da los elementos para que lo pueda hacer.

Por último quiero manifestar que el compromiso personal y la ayuda familiar para mantener vivo el recuerdo de Paola tuvo ese día un resultado que como familia nos hace sentir que hicimos lo que ella hubiese querido que hagamos.

Luis Czyzewski es padre de Paola, víctima del atentado a la AMIA



Fuente Clarin.com

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