Un recinto colmado. Un discurso en el que proliferaban los aplausos pero hacían mucho ruido los abucheos o las críticas a los gritos de diputados y senadores opositores. Todos los miembros del kirchnerismo sentados en sus bancas, portando carteles dirigidos a la mirada presidencial, que versaban: “Basta de ajustes y despidos”, “No a la destrucción del Estado”, “Yo apoyo la lucha docente”, “No a los despidos del Conicet” o “Hay otro camino”.
Es la descripción del paisaje que acompañó los discursos de apertura de sesiones ordinarias del entonces presidente Mauricio Macri en marzo de 2017, 2018 y, con más bullicio, en 2019.
Por eso llama poderosamente la atención la ausencia de los diputados y senadores del kirchnerismo, anunciada una semana antes por el experimentado José Mayans, bajo el argumento de que no querían escuchar a Javier Milei porque “miente” y “nos trata mal”. Demasiada sensibilidad para un espacio cuya estrategia política ha sido la confrontación permanente, la creación de enemigos.
Sorprende mucho más por el momento, según el manual de oportunismo dialéctico opositor. El diputado y jefe de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro, detalló en sus redes sociales por qué febrero ha sido el peor mes de la gestión de Milei. Enumeró las polémicas por la vinculación de los homosexuales con los pedófilos, la salida de la OMS, el fracaso de la licitación de la Hidrovía, el giro del apoyo a Ucrania, el faltazo a la asunción del mandatario de Uruguay, el escándalo cripto, la resolución que calificaba a los discapacitados como idiotas imbéciles o débiles mentales y la designación por decreto de un polémico juez federal como Ariel Lijo para la Corte Suprema. Una agenda en línea con lo que dice la cuenta de X que se le atribuye a Santiago Caputo, “Attack, attack, attack. Never defend”.
En otros espacios opositores, como el ex Juntos por el Cambio, arguyen que hay que estar atentos a los próximos pasos de los legisladores de Unión por la Patria en el Senado, en relación al pliego de Lijo. Intuyen que el faltazo y el silencio kirchnerista en la apertura de sesiones del sábado podría tener alguna otra explicación. Difícil de probar.

Esa ausencia fue la que salió a capitalizar Facundo Manes, cuyo papel en Diputados había sido menor hasta ahora y que ha rechazado los proyectos del Gobierno. El neurocirujano hizo en soledad lo que siempre hizo el kirchnerismo cuando fue oposición. De hecho, se sentó en unas de las bancas de Unión por la Patria junto a otro radical, Pablo Juliano, para estar más cerca de Milei. Su protesta consistió en levantar de manera recurrente un ejemplar de la Constitución nacional y gritar en medio de la exposición del mandatario para cuestionar el nombramiento de Lijo por decreto y la presunta estafa de $LIBRA. Esto último habría sido el detonante del enojo de El Mago del Kremlin -Santiago Caputo- que lo abordó enfurecido y le advirtió, según Manes, “vos me vas a conocer a mí”.
El episodio desplazó del centro de escena al discurso del libertario, que había hecho anuncios en materia de reforma laboral, previsional e impositiva, además de adelantar el próximo envío al Congreso del acuerdo con el FMI.
Lo otro que fue confirmado en la noche del sábado fue la ruptura de la relación entre el Presidente y su vicepresidenta. La cuidada edición de la ceremonia evitó mostrar si hubo saludo de Milei y Victoria Villarruel cuando el libertario ingresaba al Palacio Legislativo. Pero la rispidez del Presidente con su vice quedó en evidencia cuando, visiblemente enojado, Milei le reclamó porque no había terminado su discurso, cuando ya Villarruel daba por inauguradas las sesiones. “Ah, perdón, perdón”, se le escuchó decir, incómoda. En la red X, el hashtag #Villarruel recibió el apoyo de miles de cuentas.
Atrás había quedado la imagen editada con el primer plano del Presidente pero cortando las cabezas de Villarruel y del titular de Diputados, Martín Menem. Eso destacó aún más el momento en el que Milei gritó que encabezaba “¡El mejor gobierno de la historia!”, que todo el gabinete presente a un costado aplaudió, pero que detrás del libertario solo reflejó el choque de palmas de Menem; Villarruel no lo celebró.
Este hecho viene precedido por un claro mensaje de Villarruel, a través de su ruidoso silencio de las últimas dos semanas. Si bien ella había manifestado su desacuerdo con la nominación de Lijo porque “no tiene los pergaminos” para ser juez de la Corte, nada dijo cuando se conoció el decreto de Milei que lo designaba. Pero tampoco salió a defender al libertario en medio del escándalo cripto.
Algunos senadores que tienen trato con la vicepresidente sostienen que sigue pensando lo mismo del juez federal, pero que no tiene en claro qué ocurrió realmente con la supuesta estafa de $LIBRA como para manifestarse.

A partir de algunos contactos subterráneos con el Triángulo de Hierro, han dejado trascender que el enojo del mileísmo no era por su rechazo a Lijo sino por el tuit contra el gobierno de Francia por los cánticos polémicos de los jugadores de la selección argentina en los festejos por el Mundial de Qatar 2022, en el que la vice salió en defensa de Messi y compañía. Aunque la versión que más circula es que el problema sería anterior, por algunas situaciones de cierta “autonomía” de Villarruel que no gustan en la cúpula de la Casa Rosada.
Lo que sí es un hecho, porque Karina Milei hasta ahora no la ha convocado, es que Villarruel no hará campaña por La Libertad Avanza. Sin fuerza política, porque se despegó del Partido Demócrata de Buenos Aires, al parecer será una votante más. Algunos oficialistas creen que no darle un rol proselitista sería desaprovecharla en un año electoral, porque su perfil tiene llegada a los segmentos conservadores y al peronismo ortodoxo, no kirchnerista. Otros, sin embargo, admiten que no quieren que Villarruel capitalice el triunfo electoral que esperan los libertarios conseguir en octubre.
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